bahia
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La varita mágica del hada madrina tocó la mano del afortunado y la vida se volvió camino de rosas para él, o para ella, según. A los que no nos llegó el toque mágico la vida nos dejó dando trompadas por los caminos. El lobo estepario, de Herman Hesse. Andamos ahí rozando el asidero, pero no llegamos a cogerlo con fuerza y zozobramos a diario como el náufrago en la mar embravecida.

Bocartes deliciosos con tempuras de vegetales y luego rabas. Todo a costa del pecunio, del pingüe poder adquisitivo que nos deparó el des(a)tino. Claro que, si el amigo se solaza con tus ocurrencias, un leve alivio para el duro bregar de cada día.

Los barquitos cruzan la mar en calma. Charranes, avocetas, cormoranes. De acá partieron  muchas gentes en busca de las Américas. Los del XIX, los busca fortunas a base de trabajo, los indianos que regresaron, algunos casos, llenos de riqueza y se hicieron esas casas magníficas. Antes ya habían ido los de aquella nuestra cuna,  a base de hierros, tiros y espadas. Y no todo fue esa milonga de matar y robar, que se sigue creyendo. ¡Grandísima mentira!

¿Qué es eso del Foro de Sao Paulo? ¿Cómo que estos cretinos de acá comulgan con esa vaina? ¿Cómo es eso? ¿Cuándo se cansará esta madre madrasta de darnos tanto hijo pérfido e insano eh? ¿Cuándo? ¿Cómo es posible que aquí nacieran tipos como aquel Fernando VII, o ese otro felón?

Las nubes aparecen continuamente sobre Puerto Victoria. A ratos llueve. Qué delicia de verano. Agosto gris. Ya llegará el estío allá abajo y sudaremos hasta hartarnos. Siente uno cierto resquemor por no haber podido acabar aquella lectura del cardenal Newman. Pero ¡es tan hondo su pesar! ¡Es tan profunda su fe para los que nos debatimos en el proceloso mundo del agnosticismo!

Lo mejor de agosto es que, como todo mes, va pasando, y por mucho que todo sea efímero, nos acercamos de nuevo a los días de campo, caza y monte. Hemos ido a la Bahía con la caña. Ni el honor de una picada. Además marea baja y una quietud  de muerte. ¿Es que no hay nada tras esa oscuridad? Dices que sí y que no, y mi pobre ilusión se desvanece. Mejor olvidar lo inolvidable. Mira que sentía poca simpatía por aquel tipo, Aute, un creído ensoberbecido y pagado de sí mismo; pero acertó de pleno cuando escribió aquello, para luego cantarlo: “De alguna manera tendré que olvidarte…”

LF llama a AN “Andrés ni por esas”, como aquel personaje de Larra. En efecto, “niporesas” olvido yo. Habrá que aceptar esta condena hasta la consumación de la vida, qué remedio. Los niños juegan y tienen la vida por delante. Miran asombrados las conversaciones de los mayores. Tienen prisa por ser unos más “de los nuestros”. Mientras, sus juegos con “Choc” llenan su sencillo paso de las horas. Por la mar cántabra avanzan los nubarrones y amenazan lluvia; pero la mañana aguanta y hasta, a veces, luce el sol.

Volvemos a echar la caña. Para nada. En vano. Este año no vamos a sentir ni la inquietud de una leve picada. Julio, por el contrario, mar adentro, captura una lubina de siete kilos. Unos tanto y otros…Hay que aceptar lo ineludible y refugiarse en la quietud, la rutina, el pálpito casi imperceptible de la nimiedad y el sosiego.

Llegan las noticias del mundo y no leemos casi nada reconfortante. Acosan Madrid. Los nuestros no se entienden y el panorama cada día más turbio. Vos decís que sí y que no. Pareces el poema de Evtuchenko. Y a mí me suena que preferirías el desierto en medio. Sea.

Algo bueno tiene esta condenada pandemia: toque de queda a la una. Noches serenas del alma. Reino de los sueños y las pesadillas

Desde el sueño inquieto oímos, casi imperceptible, el son de la lluvia sobre aceras y calzada. Hemos intentado, en vano, acercarnos a la Bahía con la rutina de los pertrechos de la pesca. ¿Dejará hoy de llover algún instante? Siguen llegando malas nuevas desde la patria chica. Ese muchacho, qué sabrá él, nos denosta a los que creemos en lo que creemos. Allá penas. Pero más, si cabe, nos desagradó la tonta del bote que enarboló la bandera de su pueblo, en lugar de la de la patria. A lo que estamos llegando.

Nos hemos refugiado de la lluvia bajo el Botín. Hay cosas modernas que nos gustan. ¡Y qué pocas! Pues el Botín es una de ellas. Ahí en Pereda, delante del hotel Bahía, hicieron una mole redonda que dizque museo moderno. Eso da igual. Hay algo en ese sitio que me agrada, y no sé qué puede ser. El caso es que la lluvia nos llevó allí y allí estuvimos un buen rato mirando la Bahía gris y triste de la mañana dominguera.

¿Y qué pasa en Colombia? Por lo visto en las escuelas el mensaje antiespañol se cultiva que da gusto. Sobre todo el de la Conquista y Colonización. Pero ¿qué hace el famoso Instituto Cervantes que no contrataca y le pone las peras al cuarto a esa patulea de ignorantes y de resentidos anglófilos? Desde luego de este gobierno, que simpatiza sobre todo con la antiespaña militante,  no podemos esperar nada. Les gusta que nos ataquen y que destrocen todo lo posible el pasado heroico de nuestra patria. ¿Pero qué pasa por esas mentes, Dios bendito, para que sientan tal rechazo por lo español, si ellos, quieran o no, han nacido aquí?

¿Qué tienen los viejos edificios abandonados? Miro con inquietud esas ventanas oscuras por las que alguna vez alguien que latía se asomó a ver la vida. Y me inquieta lo que hay, o habrá, en ese interior oscuro y silencioso, en el que reina el polvo del tiempo, la soledad y tal vez la visita esporádica de algún santurrostro.

Lunes. Parece que el clima cambia. Mejor no saber ni pensar en lo que pasará allá abajo, en tierra caliente. Y esperemos que aquí la cosa no vaya a lamentaciones por el calor húmedo. Lo que nos llega del panorama social no trae nada nuevo ni positivo: La imbecilidad reina por las esquinas. En Palma de Mallorca quitan el nombre de Churruca y Gravina a dos calles por “franquistas”. No hay palabras para calificar tanta idiotez e ignorancia. ¿Dónde habrá estudiado ese alcalde y cómo es posible que le voten los mallorquíes?

Aparten de mí este cáliz. Me dan ganas de enviarte algo de y sobre esa ciudad, pero dudo y como dudo, no hago nada. Vienen días de flema y cansancio.

Diego Muñoz Hidalgo ha escrito un artículo estremecedor. Realmente aquello de la tierra extremeña clama al cielo. La vaina está en que uno mira con resquemor ese sentimiento patriótico-terruñero del que Diego hace alarde. Sí, sí, tienes razón Diego, ¿pero no irían mejor las cosas si no hubiesen organizado este esperpento de la patria extremeña, a la que los demás no hacen ni caso, y no hacen caso ni los mismos extremeños? Diego: tu voz clama en el desierto.

¡Cristo! Lo que vaticinan, para mañana y días sucesivos, allá abajo: La ola de calor. Más de 40 por el día y noches de horror. No sé, no sé si ir para allá el sábado próximo. Ganas me dan, por lo de la escopeta, pero esos calores me echan para atrás.

Y dale con la “violencia de género”. Pero peor aún lo que quieren para los planes de enseñanza. Es increíble que haya gente en esos ministerios tan ignorante y tan pérfida. Si mala fue la LOGSE, lo que quieren hora es ya el remate. Olvidemos aquello de los suspensos y el estudio. Ahora todos para adelante y a crear, que es gerundio. ¿Crear? ¿Pero qué se creen estos cretinos?

Pobre “Choc”, tan inquieto y tan molesto. No se imagina la suerte que ha tenido conque P. le haya tomado cariño. Le da pena de él. Lo ve tan pequeñito e indefenso…Y el pobre no se da cuenta de que con su conducta no facilita las cosas. Si por mí fuera….

Marcha atrás. Me voy, pero me quedo. Nada me angustia más que la indecisión. ¡No saber qué hacer con uno!

Día 13 de agosto. Hace 500 años, tal como hoy, Hernán Cortés, sus desarrapados 1000 y los cientos de tlascaltecas, entraron en Tenochtitlan. El presidente de México, López Obrador anda alborotado pidiendo justicia ante tamaña ofensa. Hay que estar…no sé qué calificativo adjuntarle, la verdad. Esto de la Leyenda Negra rebasa ya toda capacidad de asombro. Y los de acá ni se enteran, o les da igual. Así nos sigue yendo. Hay que leer “Madre Patria”, de Marcelo Gullo, argentino.

Cena estupenda en “Lobo Peter”. Oigo patria tu aflicción…Cuando el ánimo está alterado, es mejor no decir nada y esperar a que se enfríen las venas. Si allí, mal; si aquí, peor. El libro de B. Cardelús es monumental: “América Hispana”; pero al leerlo tengo la sensación de que ya lo he leído antes. Habrá que ir con paciencia. Creo que lo que habría que hacer es ponerlo como asignatura en algún curso de bachillerato. Y obligatoria.

Pego la hebra con un carpintero colombiano, de Manizales, que nos cambia el mecanismo de la puerta. Mis años de convivencia con Vicente y Gil no se olvidan así como así. Siento un cariño indefinido por los países hispanos. ¡Y mira que son peligrosos, los c…de madre!

Me llegan noticias de que han pintarrajeado los bancos de mi paseo de Hernán Cortés con letras de “VOX”, para fastidiar al colectivo LGTBI, que se había adueñado del paseo bautizándolo “De la Diversidad” y habían pintado los bancos con los colores aro iris. No creo que los de VOX sean tan tontos de caer en semejante error. Mucha mala h….por ahí escondida.

Esto ya sobra. Me cuesta pasar el día y crecen sin cesar las ganas de la vuelta. Aún más, el niño afilando la escopeta y yo a 500 km de la tarde ardorosa entre encinas y retamas. A veces, el alma se me va a aquellos veranos de antaño, cuando no éramos conscientes de lo efímero que es todo, y de que aquello pasaría y lo perderíamos para siempre. Unas tortolitas en “Gómez”, otras en “Cuatro Hermanas”, otras en “El Albedrío”… y luego la eclosión de “El Patudo”.

Menos mal que nos quedan los recuerdos. Mañana voy a intentar -¡por última vez!- echar la caña en muelle Calderón. Como ni una picada, la envaino y sanseacabó. Todo va a peor. Será el signo de los años. Mucho peor lo estará pasando la gente en esa desgracia de Afganistán.

“Cuenta lo que fuimos” dijo el soldado de los tercios poco antes de morir. El que lo cuenta, y exhaustivamente, es Julio Albi de la Cuesta en su librazo “De Pavía a Rocroi. Los Tercios Españoles”. Otro que pondría de obligatoria lectura para los alumnos de bachillerato. A ver si se enteran de una vez de lo que fuimos. Y sobre todo para rabia de esa caterva de “españoles” que reniegan continuamente de su patria y que borrarían el pasado. Su rencor nace precisamente de eso: no pueden. Así que bregan continuamente por borrar toda huella histórica con el pretexto de que todo es”franquismo”. Hay que ser idiotas y “vendepatrias”.

Esto declina. Aumentas las ganas de volver a aquel secarral atroz. Pese a todo, es la tierra de uno, qué c…….! Además, vienen el estío y el otoño, las estaciones favoritas; así que crecen las ilusiones y se alivia el “dolorido sentir”. ¿De quién era eso del “dolorido sentir, alguno del 27?

Ahora se habla y escribe mucho del pobre Lorca, y los de siempre dando la tabarra. Pero de José María Hinojosa, al que fusilaron los milicianos aquel verano el 36, de ese no dicen nada. Bueno, de eso mejor dejarlo, ya cansa.

Hemos hablado un poquito ¡Tan poco!  Lasciate ogni speranza.

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