Al parecer, el joven retraído y tímido resultó ser un obseso de las mujeres, sin amigos, huraño y solitario,.no se hablaba ni con su madre ni hermana y en alguna ocasión fue detenido por robos menores. Cuando ya no supo qué hacer para seguir guardando su secreto y al sentirse acorralado por la situación, confesó ser el asesino de Manoli.
Y lo que confesó fue que le dio un golpe duro por el cual falleció al instante, y alega que fue accidental. Entre los huesos aparecidos en al finca que Eugenio tenía alquilada, estaba el cráneo, que no presenta ninguna señal de golpe., según se ha podido averiguar al ser examinado.
Hay que recordar que Eugenio era objeto de un implacable seguimiento desde hacía meses. y que cuando se le tomó la primera declaración, alegó que la noche del día que Manuela despareció, él había estado en la playa, sí, pero luego regresó a su casa, justo en la misma calle donde vivía la fallecida, por lo que le pudo dar tiempo para cometer el asesinato.
No obstante a todo lo reseñado, las investigaciones continúan y falta aun bastantes detalles por aclarar lo sucedido en esa fatídica noche de hace más de cuatro años.
Monesterio sigue conmovido y no hay otro tema de conversación en el pueblo, en el cual hay destacados numerosos periodistas de diversos medios de comunicación para ar puntual información del luctuoso suceso.