El Grupo Parlamentario VOX rechaza el texto del Proyecto de Ley de protección, derechos y bienestar de los animales porque constituye «una amenaza para los derechos de los españoles y para los propios animales, a los que se les otorga unos supuestos ‘derechos’, desnaturalizando la relación entre los seres humanos y los animales, de respeto, protección, cuidado y, necesariamente, de subordinación».
Para el GP VOX, el ser humano es el administrador de la tierra, y este hecho es precisamente lo que fundamenta y da sentido a la carga y la responsabilidad sobre el cuidado del medio ambiente y, por tanto, de los animales conforme a su naturaleza.
En su opinión, la norma que se pretende aprobar, de clara inspiración animalista, instaura un sistema de obligaciones, restricciones, prohibiciones y sanciones que, además de irracionales y desproporcionadas, representan un grave peligro para el mundo rural y para distintas aficiones relacionadas con el mundo animal.
«Su ambigüedad y alto contenido ideológico, lejos de proteger al animal de situaciones de maltrato o abandono -como aparenta-, condena a todos aquellos españoles que se ganan la vida en un sector caracterizado por la convivencia con animales -como es el caso de los perros de guarda y pastoreo, o de rehala-, así como a aquellos que cultivan aficiones como la avicultura, la acuariofilia o la terrariofilia», señala por medio de una nota de prensa.
Asimismo subraya que el ámbito de aplicación del Proyecto de ley abarca desde un gato doméstico hasta una perdiz de reclamo o un perro de rehala, lo que evidencia que el proponente se encuentra totalmente alejado de la realidad.
«La diversidad de especies requiere una legislación adecuada a esa diversidad, no una igualación de las especies fruto del sentimentalismo y la ideología animalista, que atenta no solo contra los derechos de las personas, también contra los propios animales», prosigue la nota.
El Grupo Parlamentario VOX reconoce la necesidad de armonizar las legislaciones dispares de las distintas regiones de España, «pero la tramitación de este texto ideológico, dispuesto contra el mundo rural, está alejado de una verdadera regulación conservacionista que fomente el cuidado de la tierra, que debemos custodiar como un hogar común», concluye la nota.