Imagen: Marisa Núñez

El misterioso robo de los mejores vinos de Atrio

No se habla de otra cosa no solo en Cáceres, también es el tema en boga en el ambiente gastronómico mundial donde el restorán cacereño Atrio es muy prestigioso – 2 estrellas Michelín, 3 soles Repsol -, en los medios de comunicación y en las redes sociales.

Si ya de por sí Atrio es uno de los TOP españoles,  con el robo de sus mejores vinos – el Chateau d’Yquem 1806 es la joya por excelencia por su valor sentimental y económico, más de 350.000 euros – ha pasado a los anales de la historia de los robos más misteriosos habidos en los últimos tiempos, siendo el centro de atención por parte de la pareja de cacos un mágico lugar en pleno corazón monumental de la ciudad Patrimonio de la Humanidad, un sitio al que no solo se va a comer o dormir – pertenece a los Relais Chateaux más bonitos del mundo – sino a disfrutar de su original arquitectura, de su atractivo contenido, de su peculiar ambiente y de una atención personalizada sin igual por parte de sus propietarios, José Polo en la gestión y Toño Pérez en los fogones, que aunque ellos señalen que siguen adelante » con normalidad» después de la triste experiencia no dejan de estar apesadumbrados, atónitos ante tamaño suceso que ha dado de lleno en una de las arterias principales de su negocio, como es la maravillosa bodega que alberga más de 3.500 referencias de añadas vinícolas de todo el mundo.  Sobreponerse a lo vivido no es fácil, más bien un ejercicio lleno de nostalgia y amor por lo robado, que forma parte del a historia del restorán después de más de 30 años de vida.

bodega atrio
Vista de la maravillosa bodega de Atrio. Imagen: web del restaurante.

La policía científica tiene ante sí un trabajo complicado y minucioso porque no solo se trata de ver y remirar las imágenes grabadas de la pareja protagonista de tal fechoría, además debe tener en cuenta las circunstancias que rodean al suceso por la tipología del mismo y la consiguiente publicidad que conlleva al ser Atrio quien es el en el mundo de la restauración y de la propia historia de la ciudad de Cáceres, a la que sus propietarios llevan entregados desde sus inicios promocionándola en el mundo desde su entrega, trabajo, profesionalidad y bonhomía.

Si algo le faltaba a Atrio era un suceso como el que se ha vivido en la madrugada del 25 al 26 de octubre pasados., de forma tan discreta, limpia y profesional por la pareja en cuestión, al parecer con excelente acento inglés, siendo su procedencia suiza, agradable, comunicativa y elegante, con modales habituados a disfrutar de este tipo de establecimientos tan emblemáticos pero con el objetivo final de apoderarse de lo más preciado del lugar, algo que consiguieron arrebatar con estudiados modos, con una estrategia perfecta, con la nocturnidad que ayuda a perpetrar este tipo de robos y utilizando el fenómeno de la distracción para con la mayor de las pericias llevar a cabo lo previsto. Nada menos que los 45 mejores ejemplares de dos bodegas de prestigio mundial que ocupaban lugares destacados en el templo vinícola de Atrio: los Romanée Conti y Chateau d’Yquem.

¿ Qué pasará ahora con el preciado botín?. Al parecer, por parte de los propietarios de Atrio, las 45 botellas están registradas y controladas y es prácticamente imposible que al menos el Chateau d’Yquem 1806 se pueda «colocar» en el mercado de los coleccionistas sin escrúpulos, que los hay,  pero lo que parece estar claro es que ha sido un robo por encargo y se supone que bien pagado, dada las especiales características  de lo sustraído.

Esperemos que la calidad del trabajo de la policía española ponga a buen recaudo a la pareja ladrona, más pronto que tarde, aunque también se sospecha que dado el tiempo transcurrido entre el robo y su descubrimiento por parte de uno de los sommeliers de Atrio ,han tenido tiempo suficiente para poner sus pies muy lejos de su alcance y a saber donde estarán  después de los cuatro días que han pasado desde ocurrió tan misterioso suceso.

Imagen: El Chateau d’Yquem 1806 es la joya por excelencia de Atrio. Marisa Núñez.