Hace algo más de una década, el póker apenas tenía hueco en las mesas de juego de los casinos presenciales. De estar presente, lo habitual era jugar contra la banca con una suerte de apuestas fijas, y las mesas de jugar rara vez se alejaban del conocido como póker “cerrado” o con descarte de cinco cartas, el que los americanos denominan “five card draw”. Fue necesaria la popularización en España de los grandes operadores online internacionales y sus torneos multitudinarios, que aspiraban a trasladar el espíritu de los millonarios torneos de Las Vegas a las pantallas de los dispositivos digitales, para que el Texas Hold’em comenzase a hacerse un hueco en sus espacios de juego.
El póker irrumpió en sus salones con dos modelos básicos de partida: cash y torneos. Si bien las primeras, las que se juegan con fichas a las que se les atribuye un valor en dinero real, parecían a priori las más interesantes, puesto que permitían a la casa cobrar una comisión por cada mano jugada, el póker de torneo fue comenzando a ganar popularidad. A pesar de que cada jugador pagaba una entrada fija (y, en consecuencia, una comisión fija) a cambio de un montón de fichas sin valor inicial determinado y que su mecánica de juego, con un bote de premios conformado por la suma de las entradas menos las comisiones, que se reparte entre los finalistas según su orden de eliminación, parecía poco favorable para la rentabilidad de la casa, lo masivo de estas convocatorias y el gasto paralelo efectuado por los jugadores que progresivamente caen eliminados los convirtió rápidamente en uno de los productos estrella de los casinos presenciales.
El Casino de Extremadura, propiedad del Grupo Orenes, recibió a finales del año pasado una inversión aproximada de 4,5 millones de euros para su remodelación y adaptación a los requerimientos que hoy en día exige el público tanto para los casinos digitales como físicos. Con el fin de hacer de sus instalaciones “un espacio más moderno, vanguardista y dinámico” y a modo de ejemplo del plan de negocio del grupo, que pasaba por un “relanzamiento de sus espacios de juego”, se habilitaron nuevos espacios, como un bar deportivo con zona de apuestas, y se actualizaron algunos de los ya existentes. Su remodelación no dejó de lado una de las tendencias imperantes que también derivan, en cierta manera, de la proliferación del mercado del casino online y de la evolución en los gustos de los jugadores: las máquinas de azar. Así, aumentó hasta 190 el número de títulos ofrecidos y la zona de juego vivió un remozado radical, además de hacer más selectiva la búsqueda de títulos actuales y exclusividades para sus clientes.
Toda esta inversión también vino acompañada de un nuevo impulso en la comunicación en redes sociales, espacio donde basta con echar un vistazo rápido a sus canales para darse cuenta de la presencia predominante que el póker pasó a tener tanto en su relación digital con los clientes, como en su oferta de juego a partir de la citada remodelación. Eventos como la Gran Final del Levante Poker Challenge -organizado junto al Gran Casino Murcia, el Gran Casino Castellón y el Electra Rioja Gran Casino-, la Liga Extremadura Poker, el Torneo 2 Vidas o el Levante Poker Challenge pasaron a ocupar una posición prominente dentro del plan de negocio de un espacio de juego que había optado por opciones más conservadoras en el pasado.
Así, el Grupo Orenes continuaba apostando por un formato de juego dinamizador de espacios y con capacidad para atraer por igual a habituales de los tapetes como a la nueva hornada de jugadores digitales. La información sobre las actividades relacionadas con los casinos de su grupo empresarial se centraliza en la página Time For Poker Club, un portal de noticias de su club de jugadores activos, a los que se les ofrece una serie de ventajas que van desde la posibilidad de reservar mesas para partidas de cash a una serie de descuentos en los diferentes espacios gastronómicos y lúdicos de cada uno de sus casinos, así como información periódica de todos los eventos y torneos que se disputen en ellos.
Pero ¿de verdad puede un formato de juego que destina más del 90% del precio de su entrada a premios resultar rentable para un espacio con unos gastos de mantenimiento tan altos como los de un casino de vanguardia? Si pensamos solo en los gastos de alojamiento que los participantes pueden generar en un torneo con varios días y en el poder adquisitivo que de media pueden tener aquellas personas que se desplacen hasta Badajoz para participar pagando el precio íntegro de la entrada, algo relativamente frecuente cuando se trata de torneos con premios cuantiosos, nos daremos cuenta de que el rendimiento económico puede ser más que sustancial. El casino se integra en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, el NH Gran Hotel Casino Extremadura, así que resulta sencillo ver cómo un evento de póker puede rentabilizarse más allá de las comisiones que se restan de cada entrada, y es habitual ver ofertas de alojamiento para alguna de sus 58 habitaciones destinadas a los participantes en los torneos que en el casino se celebran.
El casino ha dejado de ser ese lugar elitista y exclusivo cuya imagen se popularizó en el cine y la literatura para abrazar a un público mucho más amplio (atrás quedan los estrictos códigos de etiqueta de antaño). Con la diversificación de actividades, la ruleta y el blackjack han cedido terreno a los torneos de póker, las actividades gastronómicas y la celebración de conciertos y exposiciones artísticas. Es el formato que demanda su cliente en el siglo XXI, y el Casino de Extremadura lo sabe y se ha esforzado en adaptarse a esta línea de trabajo.