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El TDT pierde peso frente a las plataformas de “streaming”

En el resto de Europa la tv vía satélite sigue reinando.

Para muchos de nosotros parece reciente, pero ya hace 11 años del apagón analógico y de la llegada a los hogares, de forma generalizada, del TDT, la Televisión Digital Terrestre (concretamente, el aniversario se produjo hace apenas una semana). Desde entonces, tras las correspondientes adaptaciones de nuestras antenas, hemos podido disfrutar de unos cuantos canales de los que no disponíamos anteriormente y de algo más de calidad de imagen y sonido, además de cierta información sobre los programas que estábamos viendo y los que venían a continuación.

Pero lo cierto es que la irrupción de las plataformas de “streaming”, véase Netflix, HBO o Disney+, por citar algunas de las más potentes, ha variado los gustos de los usuarios; o tal vez sería más correcto afirmar que ha dado una serie de opciones que implican una competencia feroz a lo que hoy representaría la versión más convencional de la televisión.

Tanto es así que, aunque la TDT sigue liderando las audiencias televisivas, su hegemonía parece peligrar cada vez más a favor de estas plataformas (y también de la tv vía satélite). Para ser exactos, ha pasado del 60,3% al 41,1% como forma habitual de disfrutar de la televisión. Si nos fijamos en Europa, el satélite se lleva la partida de calle. Pero en el caso español, la oferta de los operadores de telecomunicaciones (Movistar, Orange, etc.) ha traído consigo un importante número de plataformas que hoy copan la demanda de los usuarios y que incluyen en sus paquetes este tipo de productos.

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Estos datos no parecen excesivamente sorprendentes. De hecho, pueden entenderse como un paso lógico, teniendo en cuenta la evolución de los servicios de internet, no solo en este campo, sino en diferentes sectores. Un ejemplo es el caso de los juegos de casino online, que cada vez adquieren más usuarios en detrimento de los casinos físicos; y este es solo uno de los casos que podríamos exponer. Lo cierto es que la democratización de la tecnología ha hecho que muchos consumidores adquieran aquello que necesitan, elijan el servicio y la cuota, y se den de alta o de baja según su elección o necesidades del momento; y ese es, en cierta manera, el espíritu comercial de las plataformas de streaming: contratamos, vemos y cambiamos o dejamos el servicio cuando queremos.

Competencia feroz entre plataformas

Todo ello ha provocado que muchas de estas plataformas se quieran potenciar de cara a ocupar el máximo de nicho posible de mercado. Si bien Netflix fue, para algunos, pionera y la marca más conocida en términos generales, hoy los convenios conseguidos por Disney+ (Star Wars o Marvel, entre otros) están provocando un cambio de opinión. Y su “ancestral” competidora, HBO, está a un paso (en Estados Unidos la transformación ya se ha llevado a cabo) de transmutarse a HBO Max, un gigante que ha incorporado los estrenos de la Warner Bros a su catálogo, además de otros tantos activos bastante interesantes (como BBC, New Line Cinema, etc.). Según algunos medios, esta evolución de HBO a HBO Max está prevista para la segunda mitad de este año, aquí en España.

De una forma u otra, la guerra por el aumentar el pedazo de pastel del streaming continúa recrudeciéndose. Y aunque Netflix sigue reinando con unos 200 millones de suscriptores a nivel mundial, sus competidores no cejan en su intento de destronarle. De hecho, Amazon Prime Video ya se encuentra cerca de los 150 millones.  Por ello, entre ampliar contenidos firmando convenios en exclusiva y lo que aportan las producciones propias, estas empresas muestran sus armas en la guerra que sostienen unas con otras.

Pero mientras se desata esta guerra fratricida, no debemos olvidar que el cambio de tendencia respecto al consumo de televisión afecta a grandes y pequeños, por lo que otros operadores también ven, a otra escala, cómo aumenta el consumo de su señal. Lo que parece claro es que la TDT va a tener que reinventarse, puesto que ya no es tan intocable como se creía.