Seguramente, los diputados electos de Vox en la Asamblea de Extremadura, se sentirán como aquel vendedor de biblias en la Rusia de la Unión Soviética que en un acto de reconocimiento a su labor le pidieron hablar y el grito: ¡ Socorro !
Y no es para menos, el día que han firmado un acuerdo de gobierno para Extremadura han recibido de la cabeza de su socio mayoritario la esperpéntica manifestación de que lo hace con dolor.
Cualquier ciudadano que haya emprendido a lo largo de su vida un proyecto, ha experimentado las dificultades que le supone el sueño, el esfuerzo, sacrificio , los nervios, desasosiego, insomnio, cansancio e incluso momentos de desánimo, pero nunca dolor.
Cuando se tiene un proyecto, más si es de la envergadura del que estamos hablando, se opta por la ilusión, el ánimo, las ganas de remover los obstáculos y todo con el anhelo de llegar a un feliz fin.
Cuando una persona está dolorida, traumatizada por algo que no le va bien, lo primero que debe y necesita hacer es sanar y tratar de eliminar aquello que le está haciendo daño.
Por esto, me duele pensar que los socios minoritarios del futuro gobierno de Extremadura se encuentren acongojados a la espera de la acción sanatorio de la propuesta presidenta que podría despachar con un desprecio u olvido hacia ellos.
Vamos , que estarán esperando el bullying.
DESSY STAR