En este sentido, el jefe del Ejecutivo autonómico, ha relatado que para ello tuvo en cuenta que el mayor problema al que en la actualidad nos enfrentamos es el desempleo y la solución para abordarlo es la educación y la formación. El presidente de la Junta de Extremadura ha explicado que ese planteamiento le llevó a crear la actual Consejería de Educación y Empleo.
Fernández Vara ha realizado estas declaraciones en Mérida donde ha clausurado la jornada sobre el «Protocolo de Orientación Educativa y Profesional», organizada por la Consejería de Educación y Empleo.
Según ha relatado el “Protocolo de Orientación Educativa y Laboral” es una de las piezas fundamentales del Proyecto Ítaca, y más concretamente, de su modelo de Orientación.
Fernández Vara ha subrayado que a través del mismo se quiere potenciar esa conexión del mundo educativo con el mundo laboral y los conceptos de “orientación educativa” y “orientación profesional”, que iban por caminos separados.
En este sentido, el presidente ha valorado la profesión de orientar y la figura del orientador, profesionales que ponen en el centro a las personas y las guían mediante un proceso de acompañamiento “a lo largo de la vida”, ya que desde pequeños tenemos que ir tomando decisiones que van a afectar a nuestra vida educativa, laboral y personal.
PROTOCOLO DE ORIENTACIÓN EDUCATIVA
El Protocolo de Orientación Educativa es una de las grandes apuestas de la Consejería de Educación y Empleo.
Los profesionales encargados de llevarlo a cabo serán, por parte de Educación, el personal de orientación educativa, educadores sociales y profesorado de FOL tanto de IES, IESO como los CEPAs de Extremadura y por otro lado, el personal de orientación de los Centros de Empleo del SEXPE.
Las personas destinatarias serán el alumnado de los IES, IESO, Formación Profesional y CEPAs de Extremadura así como los usuarios del SEXPE que quieran retornar al sistema educativo.
Este protocolo recoge acciones para la adquisición de competencias genéricas o reales que ayudan a las personas a tomar un camino u otro en base a sus capacidades y también sus gustos, sus habilidades o talentos y que, al mismo tiempo, se perfila como una herramienta fundamental para la prevención del fracaso escolar.
Este protocolo estará en continua revisión y actualización y, anualmente, se mejorará o modificará para atender a las necesidades de las personas destinatarias del mismo.