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EL ILUSO SUPREMACISMO INDEPENDENTISTA CATALÁN

OPINIÓNESPAÑA
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El supremacismo de la raza blanca sobre el resto de razas fue una antigua y ya superada ideología que consideraba que dicha raza era superior a las otras simplemente por el hecho de serlo.

Casos flagrantes en los que se dio esta supremacía o supremacismo de los blancos fueron la postergación de los negros que tuvo lugar en los Estados Unidos o el apartheid acontecido en Sudáfrica. Por poner dos ejemplos de todos conocidos.

Esta ideología tiene su base en el racismo. Incluso dentro de la propia raza blanca encontramos casos de supremacismo como el que propugnaban Hitler y sus nazis en el que decretaban la preponderancia de la raza aria sobre el resto.

Una de las bases sobre la que los secesionistas de Cataluña han fundamentado su aspiración a la independencia es la de que los catalanes están por encima del resto de los españoles. Es decir se basan en un pretendido y nunca demostrado supremacismo catalán.

Junqueras en un rapto de racismo de vía estrecha y sin fundamento alguno aseguró que los catalanes tienen más cercanía genética con los franceses que con el resto de España. Al parecer se ha olvidado de sus ancestros extremeños.

De igual modo el alcalde de Blanes, un charnego de origen andaluz, se atrevió a comparar Cataluña con Dinamarca mientras que el resto de España lo asimilaba al Magreb.

Esta supremacía de lo catalán sobre lo español ha sido inculcada a fondo desde las escuelas a generaciones de catalanes a partir de 1978. El guiso ha sido convenientemente aderezado desde unos medios de comunicación totalmente controlados por la Generalitat. Las consecuencias están ahí: una parte da la sociedad catalana se ha creído o le han hecho creerse que ellos son superiores al resto de España. De ahí su apoyo irracional al secesionismo, pensando que con la independencia podrían constituir un país de las maravillas muy por encima de los otros pueblos españoles.

Ni siquiera se han parado a pensar que una buena parte de la sociedad catalana actual está formada por una pléyade de personas del resto de España, especialmente de las provincias del sur, que se vieron obligadas a emigrar a Cataluña en busca de un sustento que la concentración de inversiones del Estado y el proteccionismo prestado a Cataluña les negaba en sus tierras de origen. Y por sus descendientes nacidos en Cataluña pero genéticamente ligados a ellos.

Hace unos días escuché en Onda Cero una entrevista que Isabel Gemio realizaba en su programa “Te doy mi palabra” a un afamado psiquiatra catalán. Este hombre que en un principio dio la impresión de ser una persona imparcial, enseguida hizo ver su abducción por el independentismo. Sus argumentos supremacistas eran de lo más pedestre.

Según su opinión en el independentismo militaban los mejores cerebros de Cataluña y las gentes más preparadas y gracias a eso se había conseguido llegar a las puertas de la independencia. Destacaba la buena organización de los secesionistas lo que les había llevado a poder llevar a efecto un referéndum. Que ninguna institución imparcial reconoce como válido, añado yo. Desde luego si la organización de la consulta del 1 – O y la posterior chapuza en que ha consistido la declaración de independencia de Cataluña es un ejemplo de buen hacer que venga Dios y lo vea. Ambos eventos fueron un paradigma de lo que es la ausencia de democracia y el uso de la mentira y de la manipulación.

Aseguró sin prueba alguna de su afirmación ni ejemplos concretos, ni números que lo avalaran, que los mejores catedráticos y profesores, políticos, médicos, abogados, ingenieros, empresarios y profesionales en general apoyaban sin fisuras al independentismo. Ellos eran los buenos y los otros los que no quieren la independencia son los malos. Supremacismo independentista catalán en estado puro. Distinguen entre los independentistas (catalanes superiores) y los otros los que no siguen sus directrices, los inferiores.

La presentadora en lugar de rebatir los débiles argumentos del entrevistado, casi se mostraba de acuerdo con él. En resumen que el aludido nos colocó un mitin independentista en la mencionada emisora, sin que tuviera la más mínima oposición por parte de la entrevistadora, que se mostraba asombrada de lo inteligentes que eran los catalanes independentistas. El resto de ellos, es decir los que no están de acuerdo con la independencia, por distribución estadística de la población, serían los menos listos y los tontos. Increíble.

Esta idea supremacista ha calado en muchos de los líderes. La presidenta del Parlament Carmen Forcadell, aseguraba en los medios de comunicación que aquellos que no fueran independentistas no eran catalanes. Imagínense los niveles de racismo que habitan en los puestos más altos de la política catalana. Imposible entenderse con ellos. No dialogan, imponen. Y así no hay manera. Están obnubilados.

Cuando a los engañados se les caiga la venda de sus mentes y ojos, a estos del supremacismo los van a querer correr a gorrazos. Pero ellos ya se habrán ido de Cataluña. Dejando allí el lío armado. Como ha hecho Puigdemont largándose de España tras el fiasco de su república catalana independiente. Para no dar la cara.


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