Digital Extremadura
Comparte en redes sociales

Juan tenía una memoria descomunal. Cuando después de aquellos años en la farmacia de D. Leopoldo de Sande, de la calle Zamora, fue empleado del Centro Farmacéutico Salmantino, enseguida se convirtió en el cerebro de dicho macro almacén. Los miles de nombres de medicamentos estaban ordenados en su cerebro de tal forma que se los sabía de memoria y el lugar que ocupaban en los infinitos anaqueles del aquellas naves.

Hacía más de cincuenta años que se había examinado para operador cinematográfico, fue el primer cámara del cine “Avenida”, y aún se sabía de memoria los temas que había tenido que aprenderse. Y si le preguntabas uno, te lo recitaba de cabo a rabo.

Fumaba impenitentemente y las charlas con él, tomando un tintito en aquellas tascas salmantinas, eran ratos agradabilísimos. Almacenaba una cultura cinematográfica enorme, adquirida en el tiempo que estuvo en contacto con las películas que proyectaba.

“Tú vente conmigo hoy, que vamos a tomar unos tintos con mollejas en una tasca que yo me sé”. Y cuando cerraba la farmacia, íbamos los dos, calle de Zamora arriba, en cata de los vinitos con sus tapas correspondientes. Todo quisque lo conocía. “¿Qué tal , Juan?”, “¡Hola, Juanito!”. Luego tiraba por la avenida de Italia y yo me torcía hacia Van Dyck. He perdido en la memoria la barriada en la que él vivía, pero la calle creo que era Regato del Anís. Alguna vez me llevó a comer a su casa la deliciosa comida que preparaba Julia, su mujer.

En verano, en vacaciones, solía ir con su familia al pueblo unos cuantos días, y disfrutaba más que nadie de sus relaciones sociales. La esquina de la Calleja de la Villa con la carretera, el bar de Justo, era su atalaya  favorita. Allí animaba la tertulia de los habituales con sus dichos y sus historias; deleitaba al personal presente con sus ocurrencias y sus recursos cultos cinematográficos. De vez en cuando un chiste y a partirnos de risa.

Un día me dijo: “Lo tengo aquí”, y se señaló el flanco derecho. Murió demasiado pronto. ¡Qué gran tipo, Juan Piedrafita!


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *