Con el paso de la borrasca Nelson, que ha cubierto de nieve y hielo el norte de Cáceres, la relativa normalidad vuelve a las carreteras del norte de la región extremeña. La CC-224, que ayer cerró sus puertas al tráfico, hoy Miércoles Santo se encuentra abierta, al igual que el resto de las vías afectadas por el temporal.
La Diputación de Cáceres ha informado que, aunque las condiciones han mejorado, la red viaria provincial sigue bajo estricta vigilancia. El dispositivo invernal se mantiene activo, con vehículos quitanieves y esparcidores de sal listos para intervenir en caso de necesidad.
En puntos críticos como el Puerto de Honduras y el acceso a Pico Villuercas, se han aplicado fundentes para garantizar la seguridad de los conductores. Asimismo, las carreteras CC-135 y CC-225, que conectan con Salamanca, y otras rutas de alta altitud, permanecen abiertas y bajo monitoreo constante.
La Diputación asegura que los centros de conservación están equipados con brigadas y vehículos preparados para responder rápidamente a cualquier incidente provocado por la lluvia o el viento. Con estas medidas, Cáceres demuestra su capacidad para enfrentar los desafíos del clima y mantener la movilidad de sus ciudadanos y visitantes.