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Esta fiesta, que tiene más de 150 años de historia y que fue declarada de Interés Turístico Regional, se encuentra muy arraigada entre todos los habitantes de la población y la comarca de Las Hurdes y debe su nombre al ramo con el que cada chica obsequia al joven con quien durante unos días queda emparejada.

Este año se esperan entre cincuenta y sesenta parejas, un número de «enlaces» muy parecido al de ediciones precedentes.

La primera fase de la fiesta se desarrollará el jueves 17, a las doce de la noche, con la reunión de los mozos en la plaza Reina Victoria, para proceder al sorteo de parejas.

Se trata de un acto en el que no pueden estar presentes las mozas y cuya «no presencia» se recomienda partir de esa hora por las calles de la población, sobre todo, para no desvelar los emparejamientos.

El ritual comienza con las tradicionales frases «¿Con quién digo?», «¿Con quién diré?» y «¿Va bien?», «Bien va», con el que los jóvenes tratan de evitar que hermanos o familiares salgan emparejados.

Al día siguiente, los mismos mozos colocarán en varias calles y plaza de la población hurdana la lista de los emparejamientos, para que las chicas conozcan quién será su pareja durante La Enramá.

Desde ese momento y hasta la noche del sábado 20, las parejas se comportarán y acudirán a los festejos como novios formales a todos los efectos, lo que incluirá la visita del mozo a la casa de sus nuevos suegros.

Las mozas serán las encargadas de los preparativos de la fiesta y de confeccionar la «enramá» que colocarán en la solapa de su pareja.

Según la tradición, tras «La Ronda» y la «Jota del Arco», u


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Un comentario

  1. Es toda una anacronía y desatino decir que la fiesta de LA ENRAMÁ tiene más de 150 años. Lo mismo podrían haber dicho que tiene más de 200 o de 500. Los orígenes de estas fiestas de emparejamientos y de claro carácter dendrolátrico se pierden en la noche de los tiempos, pues responden a ritos y mitos que se nos escapan y que puedan estar relacionados con las creencias de comunidades antiquísimas. Por ello, hablar de si tiene tantos o cuantos años es totalmente absurdo, carece de rigor histórico y antropológico. ¡Salud!

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