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Con el inicio del curso político empiezan a producirse noticias en torno a » las próximas elecciones municipales y autonómicas», en un horizonte que se enmarca en el 2023 pero que las mayoría de las formaciones políticas, en un ejercicio de premura y prisas, se empeñan en abordar ya mismo de ahí que los posibles candidatos vayan asomando sus intenciones en forma de posicionamiento en sus partidos, a modo y manera de afianzarse en listas, y ejecutivas varias,  en los próximos congresos provinciales y regionales.

Los archisabidos nombres de Vara, Morales, Lemus, aunque se postule Osuna en la provincia pacense y Monago – ¿ quizás Pizarro ? – o León en los populares, amén de un buen número de cargos en segundo y tercer rango o plano, son los que parece ser que se imponen con la anuencia de las dirigencias y militancias, obviamente rendidas ante una parafernalia totémica y pretoriana que hacen prácticamente imposible que haya nuevos rostros e ideas que convulsionen el depauperado panorama político, económico y social que asola a la región extremeña.

¿ Qué tiene de atractivo o de positivo que de nuevo vuelvan a la palestra los mismos gestores y responsables políticos para permanecen en sus tribunas, legislatura tras legislatura, como si no hubiera otros, algo que nadie con dos simples dedos de frente se cree cuando a día de hoy, y hechos y números cantan, sus acciones y dedicaciones, en general,  no han hecho más que asentar a la región extremeña en esos lugares fatídicos que definen  a un territorio sin mucha esperanza, y cada día que pasa más vacío y desolado, a pesar de que nos quieran vender que el futuro se presenta de los más halagüeño, cuando saben que tal no es así ya que a la realidad nos remitimos,  porque nuestra experiencia y años nos dictan que no solamente del dicho al hecho está el trecho o que obras son amores y no buenas razones, sino que los avances son meramente testimoniales, si es que se ha producido alguno de fuste, y sobre todo imposibles porque hay diversas circunstancias muy negativas, que en la mente de todos están,  que demuestran que esto es lo que hay y no hay donde rascar.de momento. Y no nos valen excusas apoyadas en la fatídica pandemia, que eso ya ha dejado de ser un recurso facilón y hortera.

La higiene política brilla por su ausencia y la esperanzada savia nueva no aparece porque si alguien que quiera revolucionar las tesis inamovibles que los partidos clásicos imponen secularmente  asoma la patita, los susodichos aparatos se encargan de abortar cualquier atisbo que implique inquietud. De ahí que algunos estén super tranquilos porque sus puestos no peligren, las soldadas, prebendas y regalías son las que son, el poder les arropa insoldablemente con sus cohortes de impenitentes sumisos y las jubilaciones para algunos, o muchos, están ahí a la vuelta de la esquina de los años venideros, con lo cual su profesión política, oye,  es un grado y conseguirán llegar al lugar soñado, perseguido y por fin conseguido, el desprestigio y la desfachatez son lo de menos, oiga, gracias entre otros considerandos al equivocado concepto, aun no superado, de que la política les vino como dios a servirse y no a servir, como debería ser su obligación, que para eso fueron y son, y si nadie y la cordura no lo remedia, serán elegidos en representación de los ciudadanos que, una vez más, equivocada y engañosamente, confiaron en ellos. Craso error.

A día de hoy, y no nos vale ningún tipo de excusas, la desconfianza en la clase política es tal que puede que en el 2023 más de uno, y ojalá que sea así, se quede con la miel en los labios o como vulgarmente se dice, con el rabo bajo sus patas. El tiempo, las circunstancias, los votos y el hartazgo tienen la decisión y de paso, lo dirán.

CONTEXTO ACTUAL ES UN GRUPO DE OPINIÒN CRÍTICA, FORMADO POR EXPERTOS EN DISTINTAS MATERIAS, PREOCUPADOS POR LA SITUACIÓN ACTUAL.


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