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¿Cuántas, dos mil hectáreas más o menos? Lo digo porque si el Coto Local, o Social, según la última consideración, tenía tres mil y muchas, casi cuatro mil, seguramente las cuatro “jaras” andarán por ahí, o tal vez algo más. Y lo digo porque cuando se fundó y formó la Sociedad Local de Cazadores “La Comu- nitaria”, el que emparamentó todo el tinglado fue Don Fausto, el entonces párroco del lugar, y yo estaba entre sus íntimos amigos, acólitos y colabora- dores; por eso alguna idea tengo de ello. Al cabo, tanto da la superficie que tengan o dejen de tener las cuatro “jaras”.

Nada nuevo añadimos si afirmamos lo obvio: la “Jara” es un terreno comunal. Lo que no es tan fácil es explicar el tipo de propiedad, o los tipos, que hay en ella. En “las jaras” hay asientos, que son pequeñas, o no pequeñas, parcelas propiedad de un determinado vecino; pero no más propietario que del “derecho de labor cada cuatro años”; es decir, “tierras de cereal al cuarto”, que se dice. En los libros del Catastro, o por ahí, vendrán como parcela tal del polígono cual. Tremendo “puzle”.

Ahora bien, en La Jara hay ganado: cabras y ovejas, cuyos dueños pagan lo que sea por el aprovechamiento de los pastos; pero ¿a quién? A la Comunidad. La Comunidad está formada por los propietarios de veintitantas acciones. Ahora mismo hay unos cuantos señores, o señoras, que son propietarios de dichas acciones, y cobran cada año por el arrendamiento de lo dicho según el número de acciones que posean. Que quizá alguno sólo lo sea de

una parte o fracción o millonésima parte, en fin, otro lío. Unos tienen, luego cobran algo, y el que no, nada. Bueno, vayamos al grano, es decir, vamos a darnos una vuelta – muy larga –  por esos terrenos de La Jara.

La primera , la de Arenillas, pero ya en la próxima carta. SCM.

 


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