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2017 FORMULA 1 AZERBAIJAN GRAND PRIX

Circuito urbano de Bakú.

No soy amigo de los circuitos urbanos. Los que me leéis desde hace tiempo lo sabéis. Pero reconozco que el circuito de Bakú tiene unas características que lo hacen único y puede llegar a ser mítico. Y no exagero. Os iré explicando los motivos de esta reflexión.

Mandaba Mercedes, luego Ferrari, quinto Verstappen y después los lobos de Williams y Force India motorizados por la marca alamana de la estrella.

Se apaga el semáforo y todos enfilan la larga recta camino de esas primeras curvas embudo. Hamilton sale bien, llega y pasa el primero por los temidos giros iniciales. Su compañero Bottas sale mal y le pasan los Ferrari. Verstappen viene como un elefante en una cacharrería. Empiezan los toques. Bottas destroza una rueda y medio coche de Kimi, llegando de milagro a boxes. Carlos Sainz, que salía de infiltrado en la zona noble, hace un trompo evitando chocar con su compañero y Fernando Alonso venía remontando desde las últimas plazas debido a su sanción por cambios en el motor.

Bakú, a diferencia de otros circuitos urbanos, tiene una recta enorme de 2 kilómetros de longitud. Esta circunstancia iba a ser determinante en el desarrollo de la carrera.

Me percato que el McLaren corre. Alonso no perdía en la gran recta. Todo lo contrario. Era competitivo. Al fin una buena noticia sobre el motor Honda de las narices. No es que estuviera al nivel de Mercedes o Ferrari pero sí con el resto. Ahora tocaba esperar a que el motor aguantara.

Toda la carrera iba ordenadita hasta que Max Verstappen rompe motor. Coche de seguridad en pista y comienza el espectáculo. Unos cambian neumáticos. Otros prefieren aguantar y posicionarse. Bottas empieza a recuperar el minuto largo perdido en su mal inicio. Mandaba Hamilton seguido por Vettel.

Y se relanza la competición en esa larguísima recta. Hamilton y su súper bólido son inalcanzables pero a Vettel lo atrapan los Williams y los Force India con sus motores Mercedes.

Tres bólidos en paralelo peleando por la segunda plaza. Otros tantos, también en paralelo, peleando por la sexta. ¡Qué espectáculo! Pero esas curvas ratoneras por la que no caben todos empiezan a escupir trozos de carbono de los exteriores de los monoplazas. Peligroso. De nuevo coche de seguridad.

Solo quería que los comisarios limpiaran pronto la pista para ver otro relanzamiento de carrera. Y así fue. Segundo reinicio de carrera y todos a luchar en esa recta sin fin. A Vettel le cogían el rebufo y se le subían a las barbas los Williams. Más toques y abandonos. Toda la pista llena de trozos de los bólidos. Tercer coche de seguridad y aquí empieza la polémica.

Os llevo todo el año contando lo bien que se está portando Vettel. No protesta ni insulta a sus compañeros. Le veía centrado. Y lidera el mundial. Pero esta carrera estaba siendo demasiado para el mimado alemán. El coche de seguridad llevaba demasiado tiempo en pista y Hamilton frenaba y aceleraba para poner los frenos a temperatura óptima. Al inglés le daban igual los cortes. Lideraba la carrera y cuando la relanzaban era intocable. Pero Seb veía como se le escapaba Hamilton cada vez que se retiraba el coche de seguridad y como los de detrás le daban caza. Peligraba su liderato del mundial y se empezaba a impacientar.

Hamilton ralentiza mucho la marcha. Vettel lo embiste. Chocan el morro del Ferrari contra el difusor trasero del Mercedes. Seb da un volantazo, se pone junto a Hamilton y le propina un golpe con el coche. Ver para creer. Cual quinqui en un aparcamiento de una gran superficie un sábado por la tarde. Ferrari no merece a este macarra. Bandera roja. Se para la carrera para que limpien de una vez la pista y se calmen los ánimos. Mil veces he visto el acto de Vettel y la conclusión es que no debía estar pilotando un coche.

Vuelta a la realidad. Salen otra vez. Hamilton se escapa de Vettel. Al alemán le sancionan con una parada de 10 segundos en boxes. Poco castigo en mi opinión. Él y su equipo debían perder todos los puntos, pero es Vettel.

De repente Hamilton comunica que su reposa cabeza se sale de sus sitio. El inglés intenta él mismo arreglarlo pero no es capaz y tiene que entrar a poner uno nuevo. Y a todo esto, Ricciardo que en la última salida lanzada adelantó con maestría al Williams de Stroll colocándose tercero, lidera la prueba gracias a las tonterías de Vettel. Hay que destacar que con tanto coche de seguridad, a Bottas le había dado tiempo a llegar al grupo tras su desastrosa salida y andaba cuarto.

Alonso y Sainz estaban en los puntos. Muy buena carrera de los nuestros. Ajenos a las chorradas de Vettel, fueron haciendo su trabajo y acabaron octavo y noveno respectivamente. Los primeros puntos de Alonso. A destacar que el McLaren fue el sexto en velocidad punta. Pero me extraña el mensaje que mandó Fernando por la radio del coche. Dijo que podían haber ganado. Yo no lo veo así. Misterio.

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En la parte final de carrera, Bottas estaba desatado. Adelantaba a todos como un cohete. Ricciardo lideraba con solvencia y le seguía el novato de Williams, Stroll. Última vuelta. Bottas caza a Stroll. Llegan a la recta final (bendita recta de Bakú), Bottas se sale del rebufo de Stroll y le gana la segunda plaza por una décima de segundo.

De nuevo en el podio tres pilotos de tres equipos diferentes. Ricciardo ganó sin esperarlo. Bottas quedó segundo cuando en la primera vuelta iba último y Stroll consiguió su primer cajón. Todos contentos. Bueno, todos no. Hamilton y Vettel se citaron a la puerta del colegio para seguir con su bronca.

Próxima estación: Austria, Red Bull Ring.

Así quedó el Gran Premio

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Así va el mundial de pilotos.

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