El sábado, 20 de junio de 1896, a las 21 h., el tren inaugural “de lujo y extraordinario “ , presidido por el Ministro de Fomento, salía de la estación madrileña de Las Delicias. Parada y fonda en la estación de Empalme.
A primeras horas del día siguiente, domingo, previstas breves paradas con multitudes y clamores en todas las estaciones, el tren atacó la línea nueva. Todos aquellos esfuerzos, el trabajo de tantas y tantas gentes, las ilusiones de unos y otros, todo, absolutamente todo, quedó en silencio aquel 31 de diciembre de 1984, cuando el último tren de viajeros salía de la estación de Baños de Montemayor, camino de Salamanca. .
Recuerdo con ilusión cuando hace unos años Zapatero insinuó la apertura del tren Ruta de la Plata León-Salamanca; y eso que él era de León; pero nada de nada. Respeto y me sumo a las iniciativas y protestas que se están llevando a cabo, en estos meses, por parte de la sociedad extremeña, en la reivindicación de un tren digno para nuestra región; rápido y cómodo.
Pero las gentes del Valle del Ambroz lo que queremos y pedimos, simple y llanamente, es que vuelva a circular el tren, aunque sea despacito , con algún que otro retraso horario, incluso con alguna que otra avería; incidencia, como la denominan ahora; el poder sentir los latigazos de las ramas de los árboles ; que se abra la vía que lleva tantos años cerrada; desde 1984; y que tantos sudores y dineros costó construirla.
En un mundo tan digitalizado y tan rápido, porque en algunos tramos, de la vía y de la vida, vayamos más despacito, analógicos, no pasa nada; muchas de las cosas bellas que nos rodean, casi todas, ocurren, así, lentamente; como el poder sentir los ” latigazos de las ramas de los árboles “ en los vagones ; como lo sienten los viajeros de Santander en su ferrocarril de vía estrecha; eso sí que es una vía verde, y no la que nos quieren imponer al levantar los raíles.
Por si era poco lo de los museos, ahora les ha dado por la vía verde, lo que nos faltaba, y han comenzado a levantar los raíles; una pena. Total que ahora nuestra vía se ha convertido en un espacio triste, a base de museos, vías verdes y la fibra óptica que metieron hace unos años y que discurre por una gran zanja paralela a la vía. Menudos tres guantazos que le han dado a nuestro camino de hierro; hasta que le han tumbado. Pocos conocen el drama al que se vieron sometido aquellas gentes humildes a las que expropiaron sus tierras, por cuatro perras, o dividieron sus fincas en aquel lejano 1882 .
Pues, puestos a tensar , tensamos, y si el terreno expropiado no cumple el objetivo de su expropiación, debe volver a sus antiguos propietarios; herederos, digo. Argumentaban “ un problema de gestión “ para el cierre y abandono de nuestra vía; ¡ pero quienes son ellos para amortajar las estaciones de Oliva, Jarilla, Villar de Plasencia, Casas del Monte, Adeanueva del Camino, Hervás y Baños de Montemayor ! El pasado 15 de febrero de 2018, las máquinas han llegado a Aldeadenueva del Camino, vienen de arriba, arrasando con todo ; tienen unos ganchos enormes que se clavan en railes y traviesas; cruje la madera, el raíl y el balastro, los ganchos les separan; se resisten como cuando a una madre le intentan arrancar a un hijo de sus brazos. Las traviesas de madera, partidas y astilladas, las van amontonando en piras enormes. El balastro, las piedras que acolchan los raíles, lo cargan en camiones He parado el coche y me he bajado para sacar algunas fotos; recojo de recuerdo un trozo de madera de traviesa y un tornillo.
En el tiempo que he estado allí unos 30 coches han pasado por el antiguo paso a nivel, pero nadie se ha detenido, eso sí, muchos me han reconocido y me han pitado. Con lágrimas en los ojos, desorientado, me monto en el coche, cruzo el antiguo paso a nivel para dirigirme a Segura de Toro, mi pueblo.