El gran interés que ha suscitado el reciente hallazgo de un mosaico, un opus
tessellatum, decorado con motivos geométricos, en la calle Benito Toresano de
Mérida, pone de manifiesto esa disposición inherente al ser humano a descubrir y
querer saber más sobre lo que ha estado oculto y olvidado.
Cables, peltas, hojas lanceoladas, filetes o cruces fusiformes, son términos
empleados al describir los motivos que conforman este maravilloso mosaico, los
cuales se entremezclan con otros como secante, tangente, apotema o coaxial,
vinculados principalmente a la geometría y por ende al dibujo técnico.
Puede que hayan pasado más de dieciocho siglos desde que esa EX OFFICINA
(taller artesano) fuera contratada para diseñar y realizar este y otros pavimentos
musivos de la domus, que tras retirar los restos de escombros y tierra que lo han
protegido, nos sigue fascinando como debió de hacerlo a cada uno de los invitados
que accedieron a esta estancia.
La aparición de un nuevo mosaico es una gran noticia a nivel histórico,
arqueológico, político y periodístico, pero debemos tener en cuenta que una vez
pasada la novedad, el yacimiento precisa unas condiciones muy importantes de
conservación, limpieza y mantenimiento, sin contar la posibilidad de cortar de forma
permanente una calle.
La carta del Restauro de 1987, especifica la importancia de no extraer los
mosaicos de su ubicación original, al tratarse de obras pertenecientes a un contexto
arquitectónico concreto e inseparable de su soporte original. No debemos ver el
mosaico como un simple objeto decorativo que se puede exponer como si se tratara
de un cuadro, y más si hablamos de un pavimento, el cómo está realizado se debe
a su función, su ubicación y a la distancia a la que deben contemplarse sus motivos.
El ciclo superior de Mosaicos de Mérida fue pionero y a día de hoy es referente a
nivel nacional por su labor formativa y su responsabilidad en recuperar, mantener y
evolucionar distintas técnicas musivas. Aprovechar estos estudios para la creación
de nuevos mosaicos, hace a la ciudadanía de Mérida autosuficiente y les brinda la
oportunidad de mantener vivo este arte como motor turístico y patrimonial.
Nuestro agradecimiento al profesor de Dibujo Técnico, José María Jabato
Amado, por permitirnos ver más allá de lo que a priorí la obra ofrece al espectador
