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Nuevas investigaciones ponen en duda la evidencia científica que respalda el NutriScore

CAMPOECONOMÍA
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Mientras el campo español sale a las calles a protestar por las “asfixiantes” políticas europeas, una nueva investigación enciende el debate sobre una de las estrategias que está en el centro de los reclamos. Se trata de un punto menor, pero no por ello poco relevante, de la Estrategia europea ‘De la Granja en la Mesa’ cuyo principal objetivo es hacer que la alimentación europea sea más saludable y sostenible. Entre sus herramientas, el etiquetado nutricional de alimentos generó una gran polémica a nivel europeo debido a las críticas hacia uno de los modelos que se perfilaba como el favorito, la etiqueta de colores y letras desarrollada en Francia y conocida como Nutri-Score. Ahora, un estudio realizado por investigadores de los Países Bajos revela que “la mayoría de los estudios sobre NutriScore fueron realizados por autores empleados o relacionados directamente con los desarrolladores del sistema”.

La falta de evidencia científica que respalde el NutriScore es un argumento que ya se escuchaba en 2021, cuando entonces ministro de Consumo, Alberto Garzón, anunciara su voluntad de aplicar este sistema en España. Anuncio que despertó una ola de críticas debido a las malas notas que recibían los productos tradicionales españoles, en especial, el aceite de oliva.

Ese mismo año, científicos del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), junto a más de 60 investigadores de universidades e institutos de investigación, del CSIC y de centros hospitalarios de toda España, publicaron un documento científico titulado “Las razones científicas de lo inapropiado del Nutri-Score para atender los problemas nutricionales del mundo actual”. En su opinión, el Nutri-Score «no ha demostrado de forma fehaciente y con garantía científica que sea beneficioso para la salud pública, ya que no hay evidencias de que reduzca el riesgo de sufrir las enfermedades que se trata de prevenir».

La conclusión del documento científico del Imbic fue clara: “el NutriScore se apoya en evidencias indirectas, pero no en estudios científicamente solventes». Es  por ello que los investigadores solicitaron que se dé lugar a un “debate transparente antes de tomar decisiones precipitadas de difícil justificación científica y saludable”. Un debate que aún hoy, años después de la publicación de este documento, sigue pareciendo más ideológico que científico y eso mismo han alertado los investigadores, el Dr. Stephan Peters y el Profesor Dr. Hans Verhagen, quienes han revelado que la poca evidencia “científica” utilizada por los promotores del NutriScore para mostrar la eficacia del sistema, está sesgada.

Según revelaron, de los 56 estudios de Nutri-Score realizados por autores empleados o conectados con sus desarrolladores, 52 estaban a favor del sistema. Mientras que de los 49 estudios realizados por investigadores independientes, el 61% tuvo un resultado desfavorable para el Nutri-Score. Los investigadores también anunciaron que el informe realizado por la OMS y la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) que respaldó los fundamentos científicos del NutriScore, “también fue elaborado por los desarrolladores de Nutri-Score”.

Este dato es clave ya que durante un largo tiempo, los desarrolladores de la etiqueta NutriScore han alegado que la oposición al sistema proviene de poderosos lobbys que buscan detener su implantación. Sin embargo, esta nueva información que indicaría la influencia de los promotores del sistema en los estudios a favor del mismo, también deja lugar a pensar en las formas de presión de aquellos que buscan que el modelo llegue a todos los mercados europeos. Mientras tanto, grandes multinacionales del sector de la alimentación utilizan la etiqueta a su favor, ya que según han denunciado expertos, los fabricantes han descubierto cómo utilizar el modelo para que sus productos obtengan mejores calificaciones sin tener que modificar sus recetas.

Otra de las revelaciones clave que se desprende del informe es que “no existe ningún estudio sobre la aplicación de NutriScore en un supermercado real, ni en una gama completa de productos de supermercado”. Por el contrario, descubrieron que los estudios que intentan establecer una relación directa de causa-efecto entre NutriScore y los cambios positivos en la salud, fueron realizados en base a experimentos en línea y no en condiciones reales de compra en el supermercado.

«No hay pruebas suficientes que respalden el uso del Nutri-Score como una herramienta de salud pública efectiva”, concluyen Peters y Verhagen. Es por ello que recomiendan que científicos independientes lleven a cabo investigaciones, algo indispensable si se quiere conocer el impacto real de dicha herramienta. Además, aconsejan que sea una autoridad científica independiente como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la que esté a cargo de evaluar los efectos y eficacia sobre la salud del etiquetado nutricional.

Por el momento, la decisión final sobre la adopción de un etiquetado nutricional en la parte frontal del envase armonizado a lo largo de la UE, está demorada. Y no se trata de un caso aislado. Según un análisis reciente de Euronews, la mitad de los proyectos que se enmarcan en la Estrategia ‘De la Granja a la Mesa’ no han avanzado.

En concreto, 15 de las 31 medidas, no se han puesto en marcha, mientras que una de ellas ha sido directamente retirada del plan. Se trata del polémico Reglamento de Uso Sostenible de los Pesticidas (SUR), cuyo objetivo era reducir a la mitad el uso de fitosanitarios de cara al 2030. El avance de las protestas de agricultores a lo largo de Europa obligaron a la Comisión a recular y fue su presidenta, Ursula von der Leyen, la encargada de anunciar la retirada de este reglamento de la agenda. Una decisión que en España fue bien recibida, no solo por el sector agrario, sino también por el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas quien afirmó que la retirada fue «inteligente y oportuna». Teniendo en cuenta las últimas revelaciones, la retirada completa del NutriScore sería otra decisión inteligente y oportuna.


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