Digital Extremadura

Padres y alumnos se quejan del transporte escolar en el norte cacereño

CÁCERES
Comparte en redes sociales

El asunto ya colea desde el pasado curso escolar, cuando a la hora de adjudicar el transporte escolar de nuestra comunidad autónoma, se permitió que la todapoderosa multinacional ALSA metiera una baja temeraria.  Ello acarreó que pequeñas y medianas empresas de familias extremeñas que habían realizado enormes esfuerzos como autónomos para levantar sus negocios no pudieran competir con esa desleal estratagema.  Y ocurrió lo que se preveía: el pez gordo se comió al chico y todo en aras de la mayor gloria de las filosofías neoliberales y del implacable capitalismo de la economía de mercado. No hay que olvidar que sería el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, siendo presidente del Gobierno, apoyado por el PP, quien reformaría el artículo 135 de nuestra Constitución, mandando a hacer puñetas el carácter social de nuestra economía, consagrado en dicha Carta Magna.

El caso es que la empresa ALSA se hizo con un montón de rutas de transporte escolar, en detrimento de las pequeñas y medianas empresas radicadas en nuestra región, donde pagan sus impuestos.  En muchos casos, esa multinacional metió en el norte de Cáceres, una zona de población muy envejecida y muy poco contestaria, un montón de autobuses que, según numerosas opiniones, sobre todo de padres de alumnos, están prácticamente para el desguace.  Auténticos artefactos antediluvianos que ralentizan la circulación en estas carreteras, muchas de ellas con una estrechez de vía tercermundista, y que habían estado muchos años al servicio público en las comunidades de Andalucía y Cantabria, como figuraba rotulado en su carrocería.  Ahora, cuando las quejas han arreciado, parece que ya han borrado tales rótulos.  Hablan de que tienen miles de kilómetros a sus espaldas, de su desproporcionada longitud para llevar la mitad o menos de los asientos ocupados por alumnos, de sus chapas picadas y carcomidas, de sus goteras cuando llueve, de sus repetidas averías (lo que ha provocado continuos retrasos de los alumnos o que hayan tenido que llevarles en vehículos privados sus padres al centro), del mal estado de sus asientos, de que no puedan maniobrar debidamente dentro de los cascos urbanos de los pueblos y hacer sus paradas reglamentarias e incluso de que alguno de tales autobuses circula por una pista rural asfaltada, cuya limitación de tara la sobrepasa con creces.  De todas estas incidencias, según nos consta verídicamente, llegaron montones de partes el pasado curso al Ente Público Extremeño de Servicios Educativos Complementarios (EPESEC).

TRANSPORTE ESCOLAR FOTO AUTOCAR ALSA FOTO VÁZQUEZ
TRANSPORTE ESCOLAR, FOTO AUTOCAR ALSA, FOTO VÁZQUEZ

INTERPELACIÓN

Puesto que en el presente curso escolar  2017-2018, desde su inicio, han vuelto a llover los partes de incidencias por tales motivos y porque las quejas de los padres siguen manifestándose con envío de firmas al EPESEC (ya se manifestaron algunos pueblos el pasado curso), el grupo de Podemos en la Asamblea de Extremadura, por boca de la diputada Irene de Miguel Pérez, interpeló recientemente a la consejera de Educación, Esther Gutiérrez Morán.  Escandalosas le han parecido a la gran mayoría de padres la contestación dada por la consejera.  Entre otras cosas, respondió “perlas” como las que siguen: “Hacemos una valoración muy positiva y muy buena del acuerdo marco del transporte escolar en nuestra región de todas las empresas que forman parte de ese acuerdo marco (…)”  “Este curso (2017-2018) no tenemos ni una sola incidencia.  No nos ha llegado ni una sola incidencia.  El curso pasado hubo tres y se subsanó satisfactoriamente (…)”  “La empresa ALSA lo hizo satisfactoriamente el curso pasado”.

Como no podía ser de otra manera, esas contestaciones han soliviantado aún más a los padres de alumnos afectados, al negar lo que es más que evidente, ya que está a vista de todo el mundo, reafirmado en los escritos enviados por los padres de numerosos pueblos y, avalados en algunos casos, por las propias AMPAS.  Además, todas estas justas quejas pueden ser ratificadas por los propios centros educativos y los acompañantes del transporte escolar.  Muchos se preguntan dónde han ido a parar el montón de partes que fueron remitidos al EPESEC el pasado curso, para que la consejera de Educación diga que solo se recibieron tres.  Una de dos: o los partes no se los hicieron llegar a la señora consejera, o esta intenta engañar a la audiencia, justificando lo injustificable y echando balones fuera.  Lo mismo sobre su negativa a admitir que en el presente curso escolar no ha habido hasta la fecha de interpelación de Irene de Miguel un solo parte de incidencias, lo cual no se corresponde a la realidad.  Y para remate de feria, afirma sin rubor alguno que “la empresa ALSA lo hizo satisfactoriamente el curso pasado”.  ¡Como para que los padres  no se suban por las paredes!

Rumores hay muchos en las zonas afectadas, como los que hablan de que en la empresa ALSA confluyen muchos intereses y enjuagues políticos o  los que comentan que se adjudicaron adrede rutas con autobuses destartalados en esos pueblos de la Extremadura profunda, donde ya están más que acostumbrados a que les hagan comulgar con ruedas de molino, sin que los vecinos digan ni pío.   Flagrante injusticia si la Administración regional no resuelve este problema, o tira las firmas de los padres a la papelera.  Algunos padres afectados afirman  que si hubiera un poco de vergüenza en la consejería de Educación deberían dimitir de sus cargos ciertos responsables.  Y otros refieren que si al PSOE, cuyo partido gobierna en Extremadura, fuera de verdad socialista y le quedara un mínimo de sensibilidad social hacia los más desvalidos, no pasarían estas cosas.  Triste situación y más triste si no se le pone remedio.


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *