Se ha tenido que sacrificar ya miles de animales.Según ABC, la presidenta de la red de investigación de la UE, Dolores Gavier-Widen, que estudia esta patología veterinaria :”La alerta en Europa es máxima y la preocupación es cada vez mayor”.
Por su parte el máximo experto español,Juan Badiola,hoy presidente del Consejo Superior Veterinario,ha dicho igualmente a ABC : “Se le teme tanto a esta enfermedad que cuando se detecta un caso se prohíben las exportaciones.Imagínese las consecuencias que tendría la enfermedad para España,que es el primer productor de porcino de Europa.Mi preocupación es máxima porque el virus viene hacia aquí “.Pues también Cataluña es gran productora…
Extremadura tiene una gran experiencia y una larga batalla de años.La primera vez el peligro vino de Portugal,hacia 1960,año en que fue declarada oficialmente.No afecta la salud humana como la peste aviar,pero sí a nuestra economía.Cerdos de una granja próxima al aeropuerto de Lisboa consumieron los restos infectados de un catering procedente del trayecto aéreo entre Luanda (Angola ) y la capital potuguesa.Y de aquí a España y el resto de Europa.
Extremadura echó el resto y todo su esfuerzo,y como se llegó a la conclusión que no se conocía la enfermedad ni su curación,sin vacunas ni nada,se procedió al sacrificio de TODOS los cerdos.Es lo que se está haciendo también ahora en los países bálticos y demás países afectados para que no se extienda al resto de Europa.
Y podemos resaltar algo especial para Extremadura : el máximo experto en esta peste fue el extremeño ELADIO VIÑUELAS,de Ibahernando,1937, y fallecido en Madrid en 1999.Fue un científico relevante por sus estudios del virus de esta peste (VPPA),demostrando que afectaba a los cerdos” porque sus macrófagos poseían receptores específicos para el virus, de los que carecían otras especies animales,identificando la proteína de la superficie del virus que se une a la célula receptora y determinando la secuencia de nucleótidos”.
Después de adquirir una excelente formación en biología molecular,conoció a su mujer,Margarita Salas, y trabajaron los dos en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York,que dirigía Severo Ochoa,marchando el matrimonio después a España y volcando toda su ciencia en la peste que asolaba “su” Extremadura.
Maldita sea esta peste y todas las pestes,pero al menos nos ha permitido recordar a un notable científico extremeño,de los que no tenemos muchos
