La cinta de Bong Joon-ho se alza con 4 Oscar y se convierte en el primer filme de habla no inglesa en ganar el premio a la mejor película.
La Academia de Hollywood ha abandonado su tradicional conservadurismo en la 92 edición de los Oscar y se ha atrevido a otorgar por primera vez el premio a la mejor película a una cinta en habla no inglesa. Un hito que solo podía estar al alcance de la surcoreana Parásitos, una cinta que ha recaudado en todo el mundo 165 millones de dólares y se ha convertido en uno de los fenómenos más sorprendentes del cine internacional en lo que va de siglo. Su histórica victoria, rubricada con cuatro estatuillas, ha puesto de manifiesto que la Academia se ha abierto definitivamente al mundo. Joaquin Phoenix, Renée Zellweger, Brad Pitt y Laura Dern cumplieron los pronósticos y se alzaron con los Oscar en las categoría interpretativas. España se vuelve de vacío de los Oscar: ni Dolor y gloria, ni Antonio Banderas ni la película de animación Klaus pudieron llevarse los premios a los que aspiraban.
Los Oscar se han rendido ante el huracán Parásitos con cuatro galardones (mejor película, mejor guion original, mejor dirección y mejor película internacional), sumándose así a los logrados por la cinta asiática en los Globos de Oro y en el Festival de Cannes. Ni siquiera pesos pesados de la industria de Hollywood, como Martin Scorsese, Quentin Tarantino y Sam Mendes han sido capaces de frenar la imparable inercia ganadora de la película de Bong Joon-ho. “Estoy sin palabras. Nunca nos imaginamos que esto sucedería. Estamos muy felices”, afirmó Sin-ae Kwak, la exultante productora de Parásitos, ante un Dolby Theatre de Los Ángeles atónito ante el inesperado resultado de la 92 entrega de los Oscar. “Siento que un momento muy oportuno en la historia está sucediendo ahora mismo“, añadió.
Bong Joon-ho también dio la campanada al llevarse el Oscar a la mejor dirección y derrotar al gran favorito, Sam Mendes por 1917. “Cuando era joven y estudiaba cine, había un dicho que tallé muy profundo en mi corazón, que es que ‘lo más personal es lo más creativo’. Esta cita es de nuestro gran Martin Scorsese. Cuando estaba en la escuela, estudiaba sus películas. Estar nominado era un honor enorme. Nunca pensé que ganaría”, reconoció un humilde, a la vez que eufórico, Bong Joon-ho.
El triunfo inesperado de Parásitos ha dejado a 1917 como principal damnificada pese a obtener tres galardones, aunque de los llamados técnicos: mejor fotografía, mejores efectos especiales y mejor mezcla de sonido. Érase una vez… en Hollywood, Joker y Le Mans ’66 salvaron los muebles con dos premios cada una de ellas. No pueden decir lo mismo El irlandés, de Martin Scorsese, y Mujercitas, de Greta Gerwig, ya que fueron las dos grandes derrotadas de la noche tras no lograr ningún Oscar de los diez y seis a los que aspiraba, respectivamente.
Los favoritos no se dejan sorprender
En el apartado interpretativo, no hubo sorpresas y los dos grandes favoritos, Joaquin Phoenix por su descomunal interpretación en Joker, y Renée Zellweger por el demoledor biopic sobre la última etapa en la vida de la actriz Judy Garland en Judy, se llevaron los premios al mejor actor y mejor actriz, respectivamente.
Phoenix, que era el gran favorito de la noche para llevarse el Oscar en una categoría en la que Antonio Banderas también estaba nominado por su conmovedora interpretación en Dolor y gloria, ha ganado una estatuilla que le había sido muy escurridiza en el pasado tras optar al galardón hasta en tres ocasiones por Gladiator (2000), En la cuerda floja (2005) y The Master (2012).
Como ha sido habitual durante toda la temporada de premios, Phoenix ha aprovechado su discurso de agradecimiento otro afectado para advertir sobre la necesidad de cambio y la urgencia de concienciar a la sociedad para “dejar de mirarnos el ombligo”. También tuvo palabras de recuerdo para su hermano, el malogrado River Phoenix, que falleció de una sobredosis a muy temprana edad. “Cuando tenía 17 años mi hermano escribió esto: Corre al rescate y la paz vendrá después”, sentenció.
Renée Zellweger, por su parte, levantó el segundo Oscar de su carrera tras el premio a la mejor actriz de reparto logrado en 2004 por Cold Mountain. La actriz dedicó el premio a la propia Judy Garland que, recordó, nunca llegó a recibir este premio. “No recibió este honor pero estoy segura que todo esto es una continuación de su legado. Su generosidad de espíritu trasciende a cualquier logro artístico. Esto es para usted, señorita Garland”, proclamó emocionada.
Brad Pitt ya tiene su primer Oscar
Estaba cantado, pero faltaba que la actriz Regina King abriera el sobre del ganador al mejor actor de reparto y pronunciara el nombre de Brad Pitt. Era el gran favorito de la noche para alzarse con el primer Oscar de su carrera por meterse en la piel de un doble de acción en Érase una vez en… Hollywood.
Brad Pitt ya tiene su primer Oscar como actor (ganó uno como productor por Doce años de esclavitud) y ve así resarcido el ninguneo de la Academia con sus dotes interpretativas. Considerado uno de los grandes iconos de Hollywood, el actor de 56 años había estado nominado anteriormente en tres ocasiones al mejor actor de reparto por Doce monos y al mejor actor principal por El curioso caso de Benjamin Button y Moneyball.
El triunfo de Laura Dern en la categoría de mejor actriz de reparto figuraba también en todas las quinielas tras completar una carrera de premios brillante y barrer a sus adversarias. La actriz no ha permitido que saltara la sorpresa y se ha llevado un merecido galardón por su papel de incisiva y cínica abogada especializada en divorcios en Historia de un matrimonio.
Dern, que este lunes cumple 54 años, logra su primer Oscar con su tercera candidatura tras las logradas en 1991 y 2016 por Rambling Rose y Alma salvaje, respectivamente. La veterana actriz ha protagonizado uno de los discursos más emotivos de la ceremonia al dedicar el premio a sus padres, los también actores Bruce Dern y Diane Ladd. “Algunos dicen que nunca conoces a tus héroes, pero yo digo que si eres realmente bendecida los tienes como tus padres”, ha dicho emocionada al recoger el galardón.
España se va de vacío
Pedro Almodóvar se ha quedado finalmente sin Oscar. Parásitos cumplió los pronósticos y se impuso a Dolor y gloria como mejor película internacional. La cinta surcoreana era la indiscutible favorita en la categoría tras arrasar en carrera hacia el Oscar, con más de 160 premios internacionales desde que comenzó su paseo triunfal el pasado mes de mayo alzándose con la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
El cineasta manchego, que aspiraba por cuarta vez en esta categoría, ha conquistado Estados Unidos con su película más íntima y personal y llegaba a los Oscar avalada por siete Goya. Sin embargo, ha tenido la mala fortuna de toparse con la comedia negra de Bong Joon-ho, erigida en un fenómeno global desconocido hasta la fecha.
Tampoco ha podido ser para Sergio Pablos. Toy story 4 ha hecho añicos el sueño de Klaus y se ha alzado con el Oscar a la mejor película de animación. La cinta española se había colado entre las favoritas tras arrasar con siete galardones en los Premios Annie y alzarse con el Bafta, pero finalmente el clásico del gigante de Pixar le ha arrebatado la gloria.
Klaus era la segunda película española en aspirar al Oscar a la mejor película de animación después de que Chico y Rita, de Fernando Trueba y Javier Marisca, optara al galardón en 2011, aunque finalmente se fue de vació tras caer derrotada ante Rango de Gore Verbinski.
La gala, que por segundo año consecutivo ha vuelto a celebrarse sin maestro de ceremonias, fue menos reivindicativa de lo esperado, con pocos discursos memorables por parte de los ganadores y menos consignas políticas que de costumbre, a excepción de Joaquin Phoenix o Brad Pitt.
Esta 92 edición se ciñó a lo cinéfilo y se apoyó en lo musical, especialmente con la anunciada actuación de Billie Eilish, que fue la encargada de amenizar con su voz el tributo a las celebridades fallecidas el último año, entre ellas las recientes de Kirk Douglas y Kobe Bryant.
La inesperada actuación de Eminem fue una de las más celebradas de la noche, dejando a toda la platea sorprendida cuando el rapero comenzó a cantar sobre el escenario Lose Yourself, de la película 8 Millas (2002), con la que ganó la estatuilla a mejor canción original.
Por el escenario del Dolby Theater también desfilaron estrellas musicales como Janelle Monáe, Elton John e Idina Menzel, así como la española Gisela y la mexicana Carmen Sarahí, las voces de las canciones de Frozen en España y Latinoamérica.