En el medio citado se recoge que la investigación que se está llevando a cabo afecta ya una veintena de compañías cárnicas -incluido el gigante Comapa, proveedor de cadenas como Carrefour- y decenas de empresarios que, presuntamente, habrían intentado colocar en el mercado miles de kilos de productos cárnicos caducados, con etiquetas falsas.

Según las primeras estimaciones de la Guardia Civil se calcula que la trama dedicada a la venta de jamones caducados llegó a adulterar las etiquetas de hasta 1.000 toneladas de productos cárnicos, incluyendo lomo y otros embutidos. «Me encontré una gran cantidad de productos cárnicos curados almacenados allí, en una nave que no tenía la autorización y a la que ni siquiera se podía entrar»

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