Ante las peticiones continuas de los usuarios, la impotencia de los profesionales farmaceúticos se deja ver cada día ya que aunque se manifieste lo contrario, lo cierto es que las oficinas de farmacia, en general, están desabastecidas de mascarillas, guantes, geles hidro alcohólicos y alcohol. A ello hay que sumar la baja de farmaceúticos que han dado positivo frente al Covid-19, y el cierre de algunas farmacias debido a la situación de pandemia que se padece hoy día en el mundo.
Parece ser que a finales de esta semana, se podrán tener en las farmacias un buen número de las ansiadas mascarillas pero el escepticismo en los farmaceúticos es una tónica general ya que es un mal que llevan padeciendo desde que entró de lleno el coronavirus en la población.
Cada día se facilitan datos de reparto de mascarillas a nivel oficial y se están repartiendo en los núcleos urbanos y en lugares estratégicos, las últimas han sido 238.000 en Extremadura, con un porcentaje superior en al provincia de Badajoz respecto a la de Cáceres, cuando es en esta última donde mayor virulencia ha atacado el virus. Pero las mascarillas a las farmacias, de momento, no llegan y cuando se sirvan lo harán a un precio muy superior del que tenían debido a que los fabricantes, distribuidores y delegaciones las encarecerán sobremanera. Según hemos podido saber, de 0.30 E ó 0.40E/unidad han pasado a 1.90E/unidad. la subida es realmente espectacular. Sin distinguir en la calidad y efectividad de las mismas, ya que como se sabe hay varios tipos de esos artículos,las quirúrgicas, las FFP2 y FFP que junto con los guantes, son los más demandados por la población. En este sentido, la Administración debería estar muy vigilante al respecto de tal cuestión.
Asimismo, las oficinas de farmacia reciben correos electrónicos y llamadas telefónicas de almacenes diversos con ofertas de mascarillas, que establecen la compra en un mínimo de 200 a cinco euros el ejemplar, con lo cual hay que invertir mínimo 1.000 euros, más el IVA, que sería el 21%, con lo que habría que poner en venta las mismas a unos 9 euros la unidad como mínimo, lo cual según un farmaceútico consultado » me parece un gran abuso que al final paga el usuario. No estoy dispuesto a entrar en tal juego, y obviamente prefiero no comprar las mascarillas a precios que considero abusivos cuando antes de la pandemia era mucho más bajo».
Según se publicaba en El País de fecha 29 de marzo pasado, » La Federación de Distribuidores Farmacéuticos (FEDIFAR), que agrupa al 98% del sector, corrobora que llevan tiempo sin proporcionar medios de protección frente al coronavirus a las farmacias. “Antes del decreto del estado de alerta [el 14 de marzo] teníamos tanta demanda que no la podíamos atender, los fabricantes no nos suministraban y ahora, desde que se ha hecho cargo el Estado no contamos con ningún producto de ese tipo”, aclara un portavoz de la patronal. Han pasado 16 días y la situación es la misma. ¿¿??.
Todo el mundo se pregunta como es posible tal imprevisión y sobre todo tan gran desabastecimiento de los citados artículos a las oficinas de farmacia.Las últimas recibidas hace unos días, han sido tan escasas en cantidad que han desparecido de las farmacias en un santiamén. “Es una vergüenza la poca protección que tenemos y que mis pacientes sigan sin poder acceder a lo mínimo para su protección, para no caer enfermos y para no saturar más los hospitales”, sostiene un profesional de una oficina de farmacia.“El Gobierno debería apartar una dotación para las farmacias que día a día vivimos situaciones trágicas de personas que vienen implorando una mascarilla para su familiar de avanzada edad, inmunodeprimido o infectado”.
Por último, las oficinas de farmacias se han tenido que dotar de material anti virus, invirtiendo en la compra de mamparas de protección para evitar el máximo contacto con los usuarios, además de delimitar espacios para guardar las distancias debidas entre los propios usuarios, además de adquirir o fabricarse los propios profesionales, farmaceúticos y auxiliares, todo lo necesario para protegerse y poder desarrollar adecuadamente su labor.