En una noche que promete ser tan mágica como inclusiva, el Festival de Teatro Clásico de Alcántara se prepara para recibir a la compañía Samaruc Teatre. El próximo 29 de julio de 2024, la plaza de España de Alcántara se convertirá en un escenario de sueños y tradición con la obra ‘Romances y coplas de cordel’, interpretada por actores ciegos y con discapacidad visual.
Este evento es el resultado de la renovación del convenio entre la ONCE y el festival, un acuerdo sellado por la directora del festival, Rocío Montero, y el director de Promoción Sociocultural, Artística y Deportiva de la ONCE, Ángel Luis Gómez, en presencia de Andrés Ramos, director general adjunto de Servicios Sociales de la ONCE. Este convenio refleja el compromiso de ambas instituciones por un arte sin barreras, donde la cultura es accesible para todos.
La ONCE no solo apoya sino que coordina artísticamente el espectáculo, reafirmando su filosofía de integración e inclusión. La compañía Samaruc Teatre, con sus raíces en Valencia desde 1992, ha sido un faro de luz en la representación de personas con discapacidad visual, llevando su arte por toda España.
Con cinco de los ocho actores y actrices de la compañía afectados por ceguera o discapacidad visual grave, Samaruc Teatre desafía las percepciones y celebra las capacidades. Bajo la dirección de Begoña Sánchez, la compañía ha trascendido las barreras, ofreciendo actuaciones que son un testimonio de la habilidad y la pasión.
El festival, que comienza a las 22:30 horas, no solo será un espectáculo para disfrutar sino también una plataforma para la concienciación y la normalización de la discapacidad. Como bien dice Ángel Luis Gómez, este acuerdo es un paso hacia la normalidad de los actores y actrices, mostrando al mundo que las limitaciones físicas no definen el talento ni la capacidad de emocionar y entretener.
La Samaruc Teatre se enorgullece de llevar adelante la tradición de los ciegos trovadores, aquellos que recorrían los pueblos con sus romances y coplas, y ahora, en Alcántara, prometen una noche donde la poesía y la música se entrelazan con la historia y la inclusión.
Rocío Montero concluye con una visión inspiradora: “Nuestro compromiso es velar porque cada año el Festival de Alcántara pueda llegar a más personas, indistintamente de sus capacidades”. Así, el festival se convierte en un símbolo de un mundo más inclusivo, donde el arte y la cultura son un derecho de todos.