La comparecencia de Pedro Sánchez para pedir la prórroga se produce pues en plena desescalada de los apoyos a su Ejecutivo y en medio del ruido creciente de la ultraderecha que ha trasladado su oposición a la calle con concentraciones y caceroladas. Su líder, Santiago Abascal, ha pronunciado un discurso más que duro y lo mismo ha hecho el presidente del PP, Pablo Casado.
Vox está claramente en el no al estado de alarma y el PP se ha instalado también en el rechazo hasta el punto de equiparar la vigilancia policial para que se mantengan las distancias de seguridad que eviten los contagios con una especie de cacería política contra los detractores del Gobierno. El senador del PP David Erguido llegó a llamar “experimento comunista” al estado de alarma en la sesión de control del Senado de este pasado martes. Ante estas críticas y descalificaciones, el presidente ha lanzado este aviso sobre los perniciosos efectos de poner fin al confinamiento: “Nadie tiene derecho a derrochar lo que hemos conseguido”.
Sánchez ha recalcado que “la prudencia y la precaución tienen que ser una norma de conducta en las decisiones políticas de todos”, y con esa prudencia “se puede afirmar que el estado de alarma ha funcionado y que también está funcionando la desescalada”. “No nos ha traído hasta aquí la corriente, no hemos llegado por inercia”, ha dicho Sánchez, quien ha insistido en que ha sido gracias al conjunto de la sociedad como se ha conseguido reducir los contagios. Y ha insistido en que mantiene las mismas afirmaciones que hizo cuando estalló esta crisis. Entonces dijo que haría “lo que haga falta, donde haga falta y cuando haga falta” y que “juntos” y “unidos” se superaría esta crisis. “Hoy sostengo una a una todas esas palabras”, ha subrayado.
En cuanto a la legalidad del estado de alarma que la derecha también cuestiona, ha defendido que la legislación ordinaria resulta “insuficiente” para hacer frente a los desafío que exigía la pandemia y que la vía del estado de alarma “es plenamente legal”. Tras asegurar que habrá que revisar los recursos que permite la legislación ordinaria, incluyendo la Ley de Seguridad Nacional, ha pedido a la oposición voluntad de diálogo: “La crispación política se ha demostrado inútil”.
Eso sí, Sánchez, que en principio pretendía pedir esta quinta prórroga por algo más de un mes, hasta el 27 de junio, y que ha tenido que rebajar esa pretensión para amarrar los votos de Ciudadanos, ha garantizado que “la prórroga que pedimos es de 15 días. Ni un día más de lo necesario”. El presidente ha dejado claro que “el estado de alarma se quiere prorrogar solo para salvar vidas, nunca ha tenido otro objetivo. Cuando todo esto pase, habrá que cambiar muchas cosas, pero serán cosas que decidamos entre todos”.
Y para reforzar los motivos que le han llevado de nuevo al Congreso, ha hecho hincapié en la necesidad de proteger a los sectores más vulnerables, los más perjudicados por esta crisis. “España no puede permitirse las imágenes de las colas en las puertas de los comedores sociales, por eso uno de los compromisos del Gobierno es poner en marcha cuanto antes el ingreso mínimo vital”, ha asegurado y ha añadido: “Socorrer no es suficiente: tenemos que reincorporar cuanto antes a los trabajadores. Nuestra respuesta deberá ser también apostar por la reactivación económica”.
Por cierto que el presidente ha aprovechado esta nueva comparecencia para pedir disculpas a los ciudadanos por los errores que haya podido cometer en la gestión de la crisis, tanto por la urgencia en los tiempos como por la “penuria en los recursos”. Al mismo tiempo, ha querido reconocer la labor de todos los representantes públicos de todas las escalas de las administraciones porque han estado tomando decisiones desde “la arena de la acción directa” mostrando “comprensión hacia los errores” que hayan podido cometer. En este contexto, ha pedido también disculpas por lo “errores propios” dictados siempre, según ha dicho, “por la urgencia en los tiempos, por la penuria en los recursos, por la excepcionalidad y la ausencia de precedentes en la crisis y su tamaño descomunal”.
Capítulo especial en la intervención de Pedro Sánchez merecen los guiños a las autonomías, quejosas de que el estado de alarma las haya dejado al margen en el proceso de toma de decisiones e incluso haya rebajado sus competencias. El jefe del Ejecutivo ha proclamado que las comunidades autónomas van a ir recuperando su “plena capacidad de decisión” con el proceso de desescalada, si bien ha recordado que “nunca han perdido su corresponsabilidad” en el ejercicio de sus competencias cuando se activó el estado de alarma. A su juicio, a estas alturas “todo está mucho más claro” sobre cómo han gestionado las competencias el Gobierno central y los autonómicos. Así, ha recordado que en el decreto por el cual el 14 de marzo se estableció el estado de alarma ya se determinó que aunque se establecía un mando centralizado de coordinación “no se relevaba de ninguna de sus funciones” a los consejeros de las comunidades autónomas, que mantenían la gestión de los servicios sanitarios.
El Gobierno, por tanto, “en ningún momento ha sustituido a las autoridades ordinarias en la gestión de sus servicios”, ha señalado Sánchez, quien ha recalcado que solo “se han visto reforzadas en su coordinación” en materia de salud pública, orden pública y movilidad. Ahora, en el proceso de desescalada y con la nueva prórroga que propone el Gobierno el mando único estará concentrado en el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pero este mando único sanitario “no excluye la cogobernanza” con las autonomías, ha destacado el presidente. Ha apostado “por la seguridad, por la coordinación, la colaboración, la solidaridad y la lealtad institucional” y ha apostillado que “la desescalada no es un examen ni una competición entre las comunidades autónomas, sino un ejercicio de ciencia y de prudencia”, además de advertir de que “no hay salida en el desorden”.
El presidente y varios de sus ministros han recalcado en varias ocasiones que la nueva ampliación del estado de alarma estará marcada por la cogestión y la coordinación con las comunidades autónomas, marcando así el terreno en el que se desenvuelven las negociaciones con las formaciones nacionalistas, independentistas y regionalistas. ERC, por ejemplo, ha registrado una propuesta de resolución al texto de la prórroga para intentar reforzar esta cogobernanza: abogan por un modelo de desescalada en el que las decisiones procedan del “común acuerdo” entre la autoridad competente que quedará en esta nueva etapa, el ministro de Sanidad, y los presidentes autonómicos. Esta propuesta es una más de las que se votarán en cuanto acabe el debate de la prórroga.
Pese a todo, ERC se ha aferrado a su rabieta por el pacto con Ciudadanos y poco después de que su portavoz, Gabriel Rufián, formulara un retahíla de reproches al Gobierno, ha anunciado su ‘no’ a la prórroga. El anuncio lo ha hecho el coordinador nacional de la formación y vicepresidente del Govern de Cataluña, Pere Aragonés. Aragonès ha admitido que en el día de ayer hubo contactos “muy intensos” para acercar posturas con el Gobierno, aunque ha lamentado que no dieron fruto. “Es más barato políticamente, sobre todo si miras a la derecha, como parece que está mirando el PSOE, hacer un acuerdo con Cs que hacer un acuerdo de compromiso social y de salida democrática a todos los problemas como el que propone ERC”, ha deplorado.
Abascal, Casado… y Lastra vs. Echániz
Aparte de la intervención de Santiago Abascal cargada de excesos como es habitual en el líder de Vox -ha tachado de “criminal” la gestión del Gobierno por los miles de muertos del coronavirus que imputa directamente a Pedro Sánchez- Pablo Casado ha escenificado su total desprecio a las instituciones gobernadas por el PSOE. Hasta cuatro veces le ha advertido que estaba rebasando su tiempo la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, sin que el líder del PP hiciera el más mínimo amago de finalizar y ni siquiera pidiera disculpas. Casado ha insistido en afear a Sánchez que no quiera saber nada del ‘plan B’ que le propone su partido, cuando lo cierto es que esa alternativa supone vaciar el programa pactado por el PSOE y Unidas Podemos para aplicar el del PP.
“Después de dos meses otorgándole los máximos poderes que nunca se habían dado desde la oposición al Gobierno, su balance de gestión de esta crisis es un erial. Y suya toda la responsabilidad porque no ha querido contar con nadie en ningún momento. Por eso se le recordará y la historia, al contrario de lo que decía su admirado Castro, no le absolverá”, ha proclamado Casado, que además ha vuelto a echar mano del supuesto “odio” de Sánchez a Madrid, obviando que es la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien alienta las protestas contra el Gobierno aun a costa de saltarse el estado de alarma.
Todo ello ha llevado a Sánchez a acusar a Casado, en su réplica a los portavoces, de haber dimitido de su responsabilidad de Estado que es salvar vidas de españoles al haber optado por votar “no” a la prórroga del estado de alarma. “Ni tiene alternativa ni la ha tenido nunca”, le ha afeado tras acusarle de utilizar “medias verdades” y argumentos bastante “excéntricos” para justificar su “no”. Le ha preguntado, además, si sabe que se está ante la “epidemia más grave que se está produciendo en España en el útlimo siglo” y si le parecen pocos los 27.000 fallecidos, los dos millones de infectados y la situación que tuvieron que vivir los sistemas sanitarios. Y ha aprovechado este punto para recordar al líder de la oposición que esa situación de saturación se vivió “sobre todo en las CCAA gobernadas por el PP”.
Por cierto que durante la intervención de la portavoz socialista, Adriana Lastra, se ha producido un episodio fruto de la estrategia ‘hooligan’ de la derecha. La portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, ha interrumpido su discurso para encararse con Echániz que, según fuentes parlamentarias, ha respondido desde su escaño: “Te vas a enterar”. “¿Me estás amenazando?”, le ha interpelado la portavoz, quien se ha dirigido explícitamente al líder del PP, Pablo Casado, a quien ha recriminado que permita que dirigentes de su partido como la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, alienten movilizaciones contra el Ejecutivo y les ha exigido que sean conscientes de sus repercusiones.
En su réplica, por otra parte, Sánchez ha garantizado a ERC que mantiene sus compromisos de la investidura que salió adelante con el apoyo de los republicanos catalanes, y se ha comprometido a seguir dialogando con este partido a lo largo de esta legislatura, un diálogo que ha valorado particularmente. Ha revelado que el Gobierno ha negociado el apoyo de ERC, sin conseguirlo, hasta esta misma madrugada, para buscar una salida a sus demandas sobre políticas de conciliación. Eso sí, el presidente ha procurado dejarle claro que lo que hoy vota el pleno del Congreso no es apoyar un Gobierno, sino dotarle del “único instrumento” posible, ha insistido, para hacer frente a la pandemia del coronavirus, es decir, el estado de alarma, sobre cuya eficacia para frenar su avance ha vuelto a incidir. Y ha aprovechado para recordar a ERC con quién gobierna en Cataluña -“¿Con un partido progresista?”, ha ironizado- y a renglón seguido le ha puntualizado que los socialistas “no llegamos a tanto”.
