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SECTOR AGROALIMENTARIO: UN SECTOR ESTRATÉGICO PARA ESPAÑA

OPINIÓNCAMPOECONOMÍA
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En unos momentos de zozobra y dificultades como los que estamos viviendo a causa de la presencia de un virus de muy reducido tamaño, pero muy nocivo por su elevada capacidad para infectar (SARS – CoV – 2) causante de la enfermedad conocida como COVID-19 o Coronavirus, es cuando tenemos la oportunidad para calibrar la importancia estratégica de ciertos sectores de la sociedad española, ya que alguno de ellos, como es el caso del agroalimentario, es muchas veces olvidado y poco considerado especialmente por los urbanitas.

El sector de la sociedad que adquiere una mayor importancia en todo este episodio de epidemia galopante es, sin duda, el sector sanitario. Es el que tiene que atender y curar a los enfermos y evitar con su trabajo decisivo que la epidemia se extienda, y de este modo disminuir en todo lo posible sus efectos letales. Por ser el sector que asegura la salud de los españoles, el personal de la sanidad goza de una alta consideración social, totalmente merecida por cierto.

Pero hay otro sector que se sitúa en importancia inmediatamente detrás o al lado del sector sanitario y que tiene un carácter estratégico para la sociedad. Me refiero al sector agroalimentario. Un sector muchas veces ignorado y ninguneado, pero que es trascendental para la sociedad al asegurar el abastecimiento alimenticio de las poblaciones y por tanto su supervivencia.

El sector agroalimentario es una parcela de la economía que en los países desarrollados tiene un peso relativamente bajo en el PIB, pero que adquiere una importancia fundamental para la sociedad al proveer el suministro diario de alimentos a la población y en definitiva salvaguardar su vida.

El medio rural sí que es consciente de la importancia de los sectores agrario y agroalimentario, pero en las sociedades urbanas el trasiego, el estrés y la rutina diaria impide a las personas que habitan en las ciudades, poder apreciar el trabajo que llevan a cabo dichos sectores y valorar el carácter estratégico de los mismos.

La cadena agroalimentaria tiene su origen en las explotaciones agrarias que producen los alimentos vegetales o animales en su estado primario, continúa por la industria agroalimentaria transformadora de algunos de aquellos productos y finaliza en la red de comercialización mayorista y minorista, que es la que pone a disposición de los ciudadanos los alimentos frescos o transformados.

En el contexto de los sectores económicos el Valor Añadido Bruto (VAB) de la cadena agroalimentaria representó en España, para el año 2018, el 9,8 % del total nacional con un importe estimado de 100.742 Millones de euros. El VAB es la diferencia entre el valor del Producto Interior Bruto (PIB) y los consumos intermedios o sea el valor de los inputs o insumos necesarios para conseguir las producciones.

El VAB aportado por la cadena agroalimentaria se distribuye en un 31,1 % correspondiente al sector primario, un 31,3 % a la industria agroalimentaria y un 37,6 % al sector de la comercialización.

Por otro lado el 16,9 % de las exportaciones españolas en el año que venimos analizando correspondieron al sector agroalimentario, alcanzando un montante de 49.502 Millones de euros, frente a unas importaciones de 37.384 Millones de euros. Esto da un saldo positivo de la balanza comercial agroalimentaria de 12.118 Millones de euros.

También ha de tenerse en cuenta que la cadena agroalimentaria proporcionó empleo en 2018 a 2.451.529 personas.

Cuando se producen dificultades o estados de emergencia tan graves como el que afecta en estos momentos a España, es cuando nos damos cuenta de la importancia del sector agroalimentario que es capaz por sí mismo de asegurar el abastecimiento alimenticio de la población española.

Imagínense que España no fuera la potencia agroalimentaria que es, somos la 5ª potencia en alimentos de la UE, y que en esta situación de emergencia que vivimos hubiera que importar nuestros alimentos de terceros países. Se produciría una catástrofe aún mayor de la que estamos padeciendo pues estaría en peligro un suministro adecuado de alimentos a los ciudadanos.

Este carácter estratégico justifica el hecho de que para España, que dispone de condiciones agronómicas y climáticas adecuadas, le resulta de alto interés mantener un sector agroalimentario potente. Para conseguirlo ha de empezar por asegurar la rentabilidad de las explotaciones agrarias que son la base del mismo, ya que suministran los productos que se comercializan posteriormente en fresco o transformados.

Por eso el gobierno ha de arbitrar soluciones a los problemas tan graves que afectan actualmente al sector agrario y asegurar a los empresarios unos precios justos, a la par que ha de diseñar actuaciones complementarias (seguros, costes energéticos, fiscalidad) que aseguren la viabilidad económica de sus explotaciones.

La situación límite que estamos viviendo supongo que abrirá los ojos a muchos ciudadanos y también a las administraciones, de modo que se reconozca al sector agroalimentario la importancia que realmente tiene.

Esta entrada es un modesto homenaje a todas las gentes de los sectores agrario y agroalimentario, que con su trabajo y dedicación aseguran la alimentación y, por lo tanto, la vida de los españoles.


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