En una rueda de prensa, García ha explicado que las estimaciones apuntan a una merma en la producción de uva tinta de entre un 40 y un 50 por ciento, y de entre un 30 y un 40 en la blanca.
Aunque la uva blanca todavía está en proceso de maduración, se calcula que este año no se llegue a los 2,5 millones de hectólitros, mientras que la media en los últimos cinco años ha rondado los 4 millones, ha dicho.
García ha advertido de que la caída de la producción podría suponer una bajada también en el numero de jornales.
No obstante, ha manifestado que va a ser una campaña de «gran calidad» porque, al no tener mucha producción en la cepa, la uva «está madurando muy bien y dará muchos grados».
García ha informado de que esta situación no sólo afecta a la región, sino que se da en toda España y en países como Italia y Francia, en los que, debido a las inclemencias meteorológicas, tampoco hay mucha producción.
Por ello, UPA-UCE espera que sea una campaña con unos precios que cubran los costes de producción, ya que a la poca producción se une a la falta de «stock» en las bodegas.
Asimismo, ha pedido que en los próximos días se ponga a la uva un precio «digno» y ha hecho un llamamiento a las bodegas para que no recojan «ni un kilo de uva» sin contrato homologado y sin un precio que «al menos» cubra los costes de producción.
En este sentido, ha recordado que la ley de la cadena agroalimentaria ampara a los agricultores y ha afirmado que, como los precios «sean parecidos a los de la campaña pasada, sería la ruina de muchos agricultores».
Por último, ha instado a la Administración a dar prioridad en las ayudas a aquellas parcelas que estén afectadas por enfermedades de la madera como la yesca, que es «uno de los principales problemas que tiene en el sector».
Por otro lado, el secretario de Agricultura de la organización, José Cruz, se ha referido al nuevo Plan Renove que se ha puesto en marcha para renovar la maquinaria agrícola.
Cruz ha aseverado que «llega tarde» y con un presupuesto, 5 millones de euros para toda España, «muy escaso» puesto que, si el objetivo es reducir la siniestralidad en el sector, la dotación económica debería ser «mucho más grande».
