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Semana Santa Internacional de Cáceres

OPINIÓN
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La fragilidad de la vida es tal como nos lo demuestran los hechos a diario. De vez en cuando avisa de manera rotunda, sin anestesia, y entonces se siente un agujero en las tripas, una sensación de vacío, incredulidad y desconcierto.

¿Qué hubiera ocurrido, nos preguntamos entonces, si este hecho u el otro se hubieran producido de otra manera, se hubiera optado por otra decisión, por otro compromiso? Ya no importa, porque nunca podrán experimentarse. Ir hacia atrás en el razonamiento sólo conduce a hipótesis «hipotéticas». A un puro ejercicio intelectual.

Ha muerto, de manera súbita, Carmen Chacon y preguntarse ahora por lo que el partido socialista habría podido hacer, caso de haber ganado ella y no Rubalcaba, en las Primarias que los enfrentaron, no deja de ser un ejercicio en el vacío. Cuántos estuvimos entonces en Sevilla pudimos observar lo ajustado de la victoria de uno y la pérdida, por poco, de la otra; así que ambas situaciones pudieron ser reales y no serlo; los resultados diferentes.

Para la historia de España quedarán las acciones que ella protagonizó, la simbología de su figura embarazada pasando revista a unos hombres uniformados en actitud de firmes; incluso sus logros en materia de vivienda. Las personas pasan, aunque quiero creer que son cruciales en el desarrollo feliz de unos determinados acontecimientos. Descanse en paz la mujer como política, pero sobre todo la mujer como persona. Amén.

Cuando, desde el Ayuntamiento en el periodo 2007/2011, decidimos impulsar la candidatura al título de Semana Santa Internacional para la de Caceres, nos lo pensamos muy seriamente, dada la importancia del galardón. He de decir que fue importante la ayuda de todos y cada uno de los sectores: desde la Unión de Cofradías que se volcó, pasando por los técnicos municipales coordinadores del Proyecto presentado. Y desde luego la acción firme de la Junta de Extremadura, a través de la Dirección y Consejería correspondientes.

Si alguna de las partes hubiera decaído, si hubiera optado por no colaborar en cualquiera de los pasos, nada hubiera sido lo mismo. La victoria, por tanto, lo fue de todos, claramente. Y Cáceres entró en un circuito de excelencia que le abrió las puertas a otras opciones turísticas y patrimoniales.

Las personas son determinantes a la hora de intuir el momento siguiente al de la toma de una decisión cualquiera. Porque, a veces, en la vida, las partidas parecen un juego de ajedrez en el que se precisa darse cuenta del segundo paso e incluso del tercero. Adelantar acontecimientos, arriesgar, abrir las puertas. Aunque entre, de  golpe, demasiado aire y parezca que no se puede respirar.

 

Deben los gobernantes, además de manejar el día a día, buscar proyectos generales con los que los ciudadanos, de un lugar cualquiera, puedan sentirse comprometidos sintiendo su representación y merecimientos. Nunca estará de más una buena didáctica sobre la importancia del proceso, por encima de los resultados, aunque no se desprecien estos, evidentemente.


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