Digital Extremadura
Comparte en redes sociales

Cuando el neurólogo me dio la noticia, que fue mucho después de notarlo en mi interior, (Aunque ese tema ya da para otro artículo) mis padres estaban al lado, con la mirada fija en mí, esperando mis lágrimas. Mi respuesta fue: “Ahora dame el tratamiento, que me tengo que ir a comprar una moto”. No quiero ir de valiente, para ser sinceros, no tenía ni idea de que era eso de la esclerosis. Fue cuando salí y me di un rulo por internet (Todos los médicos desaconsejan esto) cuando lo supe.

La canción dice: “No vas a escucharme un lamento, pa´ esa p*** mierda ya no tengo tiempo”. Y si quieres oírlo, tendrás que hacerme una entrevista más en profundidad. Ya sabes Bertín, ¡Invítame a tu casa! Jeje, venga, ya enserio. Es difícil explicar lo que sentí, pero me es más fácil explicar cómo me siento ahora. Frenético. En una palabra. Complicado expresar que una enfermedad de este calibre te haga valorar cada instante. Un abrazo, unas risas, una peli, un viaje, un gol de tu equipo… todo.

Suena típico y casi burlón, pero es verdad que sigo con mi vida normal. Sigo trabajando, viajando, haciendo el amor, montando en bici, haciendo televisión, teatro, nadando… Estoy bien. Y no sé cómo estaré dentro de 20 años… o mañana. Lo que sí sé es que hoy voy a disfrutar de la vida.

Ciao


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *