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ÚLTIMA HORA. ¿FRANCO A MELILLA?

ESPAÑA
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El Teniente Coronel Francisco Franco Bahamonde fue nombrado Comandante en Jefe de la Legión el 8 de junio de 1923 por el Ministro de la Guerra Luis Aizpuru y Mondéjar siendo Presidente del Gobierno, de un Gobierno Constitucional del Partido Liberal, Manuel García Prieto, Marqués de Alhucemas . Asciende a Coronel en febrero de 1925, y mantiene la jefatura del Tercio hasta el 11 de febrero de 1926.

La Legión ha tenido los siguientes Jefes constitucionales: Tenientes Coroneles Millán – Astray; Valenzuela y Franco, con Su Majestad el Rey don Alfonso XIII. Coroneles Mateo y Molina, con la Segunda República. Generales Fernández – Palacios; Fernández; Frasquet; Marquina; Reig; Gabori; Zorzo; Gomariz; Dávila; Múñoz; Garcia, Valera; Leza y Martín, quien lo es desde su nombramiento el 21 de abril de 2014 hasta la actualidad, todos ellos con Su Majestad el Rey don Juan Carlos I.

Asimismo la Legión ha tenido los siguientes Jefes no constitucionales: Coroneles Sanz y Liniers, con Primo de Rivera. Teniente Coronel Yagüe y Generales Iglesias; Serrano; López – Dóriga; Ramírez de Cartagena; Mouslera; Martínez – Anido; Montero; Torre; Macía; Arias, Giménez y Pallás, con Franco Bahamonde.

Vista la imposibilidad de encontrar solución al nuevo enterramiento del tercer Jefe de la Legión, buscando un lugar donde no pueda ser enaltecido por su posterior condición y a ser posible preservado y seguro como entiende su familia, fuentes bien informadas indican que se abre la posibilidad de aprobar mediante Real Decreto la creación de un memorial de los Jefes de la Legión en el patio de armas del Tercio Gran Capitán, Primero de la Legión con base en Melilla y dar la opción de enterrar allí a sus Jefes con los honores correspondientes al rango con el que desempeñaron tal función, ordenados en el tiempo en un primer grupo de Jefes con nombramiento constitucional (3), un segundo grupo con nombramiento no constitucional (2), un tercer grupo con nombramiento constitucional (2), un cuarto grupo con nombramiento no constitucional (13); y un quinto y último grupo con nombramiento constitucional (14). en un acto conjunto y conforme al deseo de las familias de trasladar o no sus restos a este memorial, haciendo reserva de lugar para los que continúan vivos.

Así se daría la indiscutible realidad histórica que el Teniente Coronel Franco pertenecería al grupo de Jefes constitucionales, conforme a la fecha de su nombramiento y compartiría memorial con otro Jefe de la Legión, también constitucional, el Coronel Molina Galano, al mando hasta el 26 de julio de 1936, fusilado en Ceuta.

Conformado este memorial en un recinto militar en servicio, en un lugar de paso, formación y maniobra sometido a las Reales Ordenanzas Militares y a la forma de homenaje colectivo a todos los Jefes de la Legión de todas las épocas la posibilidad de visita y reconocimiento particular es muy militada, por no decir imposible, siendo el ámbito castrense  muy preciso y objetivo en la reglamentación de cualquier circunstancia. Así el patio de armas del Primer Tercio de la Legión comienza a parecer un lugar posible donde preservar los restos con seguridad y ausencia de manifestación política alguna, prohibida en los recintos de las fuerzas armadas.

Existe el reciente precedente de la solución dada a los restos del General Sanjurjo, que estuvieron en la cripta del Monumento a los Caídos de Pamplona desde el 17 de julio de 1961 hasta el 16 de noviembre de 2016,fecha en la que fueron exhumados por decisión de su  Ayuntamiento. El 23 de marzo de 2017 fueron enterrados en el Panteón de Regulares del Cementerio Municipal de Melilla. La Comandancia General de Melilla difundió un comunicado en el que asegura que en la segunda inhumación de Sanjurjo “no hubo honores militares, no formó ninguna unidad ni piquete”, ni tampoco hubo “ningún guion ni cornetín”. Los restos fueron trasladados desde la base de Colmenar Viejo (Madrid) hasta Melilla a bordo de un helicóptero del Ejército de Tierra, que tenía que cubrir este trayecto, por lo que no implicó ningún coste adicional, según fuentes militares. Las mismas fuentes indicaron que la ceremonia “no fue secreta, sino íntima” e insistieron en que no se le rindieron honores militares, aunque sí se celebró “con dignidad y decoro”. Atendiendo a que fue Comandante General de Melilla, estuvo al mando de las fuerzas de Regulares y estaba en posesión de dos Cruces Laureadas de San Fernando, se autorizó que el entierro se celebrase en el cementerio municipal de Melilla, en concreto, en el Panteón de Regulares número 2, que “se sigue utilizando para la inhumación de los fallecidos de Regulares que lo requieran”. El General Sanjurjo murió en Estoril (Portugal) el 20 de julio de 1936.

Imagen: www.lalegion.es/jefes.htm


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