Huertas de Ánimas, Cáceres – Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas en Extremadura, José Manuel Sánchez, un pastor trashumante, se embarca en una odisea de 600 kilómetros desde su finca en Huertas de Ánimas hasta las frescas montañas de León. Acompañado por su fiel rebaño de 1.500 ovejas merinas, busca pastos más verdes y un clima más benigno para sus animales.
Esta travesía, que durará aproximadamente 40 días, no es solo un viaje físico, sino también un viaje al corazón de una tradición ancestral. La trashumancia, que Sánchez realizó por primera vez la primavera pasada debido a una severa sequía, se ha convertido en una experiencia enriquecedora que desea repetir, esta vez con el apoyo de su familia.
El pastor ha expresado su determinación de atravesar su pueblo natal, Huertas de Ánimas, como parte de su ruta, superando así un desafío personal. A pesar de que este año los campos extremeños no sufren de sequía, Sánchez valora las ventajas de las montañas leonesas, donde el ganado puede alimentarse de forma natural, lo que resulta en un ahorro significativo en pienso y una mejora en la salud y el peso de las ovejas.
El recorrido por las históricas cañadas reales de España no está exento de dificultades. La maleza y las hierbas altas, exacerbadas por las lluvias recientes, presentan obstáculos que pueden llegar a ser tan altos como una persona. Sin embargo, la determinación de Sánchez es firme, y su plan es regresar a Extremadura en octubre, cerrando así el ciclo de la trashumancia de este año.
La historia de José Manuel Sánchez es un testimonio de la resistencia y adaptabilidad de los pastores trashumantes, quienes continúan honrando las prácticas de sus antepasados mientras enfrentan los desafíos modernos del cambio climático y la agricultura industrial. Su viaje es un recordatorio viviente de que, a veces, mirar hacia atrás es la mejor manera de avanzar.