Este pesimismo se traslada al largo plazo, a tenor a la respuesta de los españoles a la pregunta sobre qué sucederá a lo largo del siglo XXI: habrá más pobres y personas marginadas que en el siglo XX (lo piensa el 79,2 ); el tráfico y consumo de drogas seguirá siendo un problema importante (85 %); habrá más conflictos y guerras que en el siglo XX (48,8 %), o el abandono escolar de los niños/as seguirá siendo un problema (66,2 %).
Así, ante un futuro tan incierto, los españoles piensan que es mejor vivir al día y pensar en el presente (58,5 %); o bien «hay que sacrificarse en el presente para conseguir vivir mejor en el futuro» (71,3 %). Dos posiciones radicalmente distintas, como se ve, pero en lo que casi todos los españoles están de acuerdo (se exceptúa sólo el 15,1 %), es que en mundo tan complicado, lo mejor es NO confiar en lo que digan las autoridades y expertos.