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David Millar: «Miguel Indurain debe salir y contar lo que ha pasado con el dopaje»

DEPORTES
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Ana Muñoz, directora de la Agencia Estatal Antidopaje, fue la anfitriona del encuentro que David Millar protagonizó en la mañana del viernes en el INEF de Madrid, en un primer paso de lo que busca y quiere la Agencia, que no es otra cosa que concienciar al deportista. El acto estuvo moderado por Michael Robinson. El exciclista trabaja ahora para la WADA, pero durante su época como corredor utilizó la dopaje como parte de su modo de vida. «Fui estúpido. Ganaba sin utilizar el dopaje, pero una vez dentro te das cuenta que tienes que meterte en está dinámica. Era obligado porque el deporte profesional está podrido por el dopaje».
Millar, preguntando por Miguel Indurain, no quiso ‘mojarse’ en exceso, y sus respuestas sobre el español se parecieron más a evasivas que otra cosa: «Creo que todo el mundo tiene que hablar tras lo sucedido con Lance ArmstrongMiguel Indurain debe salir y contar lo que ha pasado. Indurain era mi ídolo. Sólo quería ser como él. No buscaba la fama y el dinero. Solo quería correr el Tour. El ciclismo era como un sueño porque vivía en Hong Kong y allí se veía el ciclismo de otra manera. Veía el deporte como algo idílico, pero cuando me hice profesional me di cuenta que todo era sucio, lleno de gente con malas intenciones».
El ansia por ganar le llevó a meterse de lleno en el mundo de lo prohibido. «No soportaba la presión de tener que ganar. Siempre querías superarte. No solo quieres ganar. Buscas vencer a todos, pasar por encima. Fui el número uno, pero no era cierto. Llegué a un punto en que me preparaba químicamente porque tenía que ser campeón sí o sí. Me tenía que drogar. Fui tonto porque ganaba sin hacerlo. Me equivoqué. Hice cosas que no debería haber hecho. Con agencias como éstas, mi declaración puede servir para dejar de ver a gente como yo en el podio».
El que que fuera campeón del mundo reconoce y señala las entornos de los deportistas. «Un atleta joven nunca debe pensar en doparse para ser campeón de mundo, pero lo peor es cuando llegas a ser profesional y te encuentras con un entorno que busca su beneficio, incluido familiares. Ahora trabajo para la Agencia Mundial y buscamos a los que facilitan el dopaje, la ayuda. El médico debe estar a tu lado, pero para cuidarte. Intentamos ayudar al deportista. Se busca la sanción justa. Yo era un profesional rodeado de profesionales que conseguían drogas que no se detectaban. Yo estuve limpio hasta los 24 años. Los que iban con ayudas, decían que eras tonto si no lo hacías. Iban al límite porque apuraban al máximo. Tomaban EPO y regulaban para no superar el límite. Era un arte. Si no entrabas en el juego, se reían en tu cara. Tu círculo se vuelve oscuro, extraño«.
Millar señala todos los deportes. «Lance Armstrong ha confesado ahora o como yo lo hice en su día por la investigación de la policía. En El ciclismo empezamos a hacer trampas que atentaban contra la sociedad. Pensabas que eras profesional y no un tramposo. Buscabas la victoria. Hay mucho dinero en el deporte y se pudre. El deporte es un negocio y los atletas son figuras pequeñas y, a menudo, obligados a doparse. No es sólo ciclismo. No seamos ingenuos. Fútbol, tenis, ciclismo, atletismo… Hay miedo al fracaso y eso te empuja a hacer caso a todo el mundo, que como ya he dicho eran perfectos profesionales. No me ha sorprendido lo de Armstrong, es un juego táctico. Ojalá yo le hubiera podido decir la verdad a Oprah Winfrey y no a la comisaria de Biarritz«.
El exciclista se congratula de que el espacio para el tramposo sea cada vez más reducido. «Las muestras se guardan ocho años y si en Londres hubo tramposos, serán pillados. No hay atajos. Hay inyecciones que te harán mejor, pero a la larga serán pillados. No es el camino. El éxito y las celebridades marcan las sociedades actuales. Crees que aparece de la nada, pero no es cierto.  Detrás hay cientos de deportistas que no llegan. Las agencias están para crear ambientes justos y creo que Ana está haciendo un gran trabajo. La AMA solo existe desde hace trece años. Antes era el salvaje oeste. Sabíamos que había algunos que no competían con las misma normas. En el fondo éramos ingenuos. Rominger me dijo en su día que era imposible ganar un Tour sin doparse«.
Vía El Confidencial

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