La persona liberada, por motivos personales, no participará en la procesión del Santísimo Cristo del Perdón, decisión que la Hermandad respeta. No obstante si se realizará un «sencillo acto» de oración por todas las personas que sufren prisión o falta de libertad.
La Junta de Gobierno de la Cofradía de los Ramos informa que el
próximo martes santo, durante la estación penitencial del Santísimo Cristo del
Perdón, se habrá procedido a la liberación de un interno que termina el
cumplimiento de su condena, conforme a la legislación penitenciaria. Pero a
diferencia de años anteriores, como ya es tradición, el liberado no asistirá a
la procesión por motivos personales que la cofradía respeta. La Hermandad ha
sido siempre muy respetuosa con la identidad, opinión y creencias de la persona
que cumpliendo los requisitos legales ha deseado libremente acompañar a la
cofradía durante la procesión.
La
procesión del próximo martes santo, día 26 de marzo, transcurrirá según lo programado y no sufrirá
ningún tipo de modificación, pero se indica que al llegar a la sede del
Tribunal Superior de Justicia de Extremadura no se abrirán las puertas ni se
incorporará el preso al cortejo penitencial, como ha sucedido en años
anteriores. Si se detendrá la procesión y se realizará un sencillo acto de oración
implorando la misericordia del Señor por todas las personas que sufren algún
tipo de condena o falta de libertad en el mundo.
La
Junta de Gobierno desea seguir realizando en los próximos años esta tradicional
ceremonia de rescate. Uno de los momentos más emotivos para esta cofradía y la
Semana Santa cacereña, que cada año congrega a muchos cacereños y visitantes.
Por
otro lado también se informa que continúa celebrándose en la iglesia de San
Juan Bautista el Quinario al Santísimo Cristo del Perdón que finalizará el
próximo viernes de dolores, día 22 de marzo. Ese mismo día tendrá lugar,
durante todo el día, el solemne besapié a la sagrada imagen. Por la tarde, a
las 20,00 horas, se realizará el traslado procesional de la imagen de Jesús
en su entrada triunfal en Jerusalén.
