Monseñor Cerro: El papa Francisco es el papa que Dios quiere para estos momentos de la historia

La Iglesia Católica está de plena actualidad. Sobre todo, después del giro que ha dado el Vaticano, el Cónclave y la elección del sucesor de Pedro en la persona del que fuera Cardenal y Arzobispo Bargoglio, ahora ya el Papa Francisco. Con tal motivo, y otros de plena vigencia, DEx charla, una vez más con el obispo de Coria-Cáceres, monseñor Francisco Cerro, mediante la entrevista de Miguel Fresneda.

¿Por qué cree que se enclaustró Benedicto
XVI? ¿Fue solo por carencia de fuerzas, por impotencia  al no poder
afrontar una reforma eclesial de más calado y estar dolido, porque comprendía
que la Iglesia requiere una renovación más profunda que él no se atrevía o
podía proponer o simplemente porque el Espíritu Santo le sopló que tenía
preparado otro pastor más fuerte y decidido?

 No es fácil saber
con exactitud qué a movido a Benedicto XVI  a presentar la renuncia. Yo
creo que lo ha explicado personalmente muy bien. Como hombre de profunda fe,
por su edad, la salud y las características actuales, su decisión, sin lugar a
dudas, tomada en conciencia, desde la libertad y desde su amor apasionado a la
Iglesia ha dado fruto abundante. La humildad siempre conviene al mundo.

Ya ha
manifestado que el papa Francisco  es un pontífice providencial: ¿qué cree
que nos puede deparar su pontificado?  ¿Enfatizar más la espiritualidad
franciscana, una Iglesia más pobre y misericordiosa, más dialogante y
evangelizadora, más misionera y limpia? Su opinión sobre sus primeros gestos
humildes, simpáticos y espirituales. ¿No es muy triste la campaña de ciertos
grupos minoritarios argentinos que quieran manchar su imagen achacándole cierta
complicidad silenciosa con la dictadura argentina?   ¿Se puede ver
también como un hombre culto y puente entre varias culturas y países:
italo-hispano-argentina y así potenciar el gran granero de  católicos
hispanoamericano?

Sin lugar a dudas, es el Papa que Dios quiere para estos
momentos de la Historia. Con sus gestos ya ha demostrado que llega a todos y ha
conmovido, incluso a los alejados, a los que creen que ya nos le dice nada la
Iglesia. Su pontificado será volver a la sencillez y pobreza del Evangelio,
como Francisco de Asís deseaba o Ignacio de Loyola o Francisco Javier. Volver a
la simplicidad del Evangelio ha provocado en los enemigos de siempre, a los que
les pagan por hablar mal de la Iglesia y bien que se gana su sueldo,la envidia
de un hombre limpio al que tratarán de mancharlo con la sospecha de cualquier
clase, pero que estoy seguro que la oración que el Papa Francisco pidió al
pueblo de Dios, por él, vencerá y hará trizas a todos los enemigos de siempre.
Su llegada es providencial, máxime en estos momentos en los que se necesita el
testimonio evangélico de un hombre de Dios para los pobres.

Centrándonos
en nuestra diócesis, además de la Misa por el nuevo pontificado del próximo
martes, ¿qué otros eventos o proyectos está alentando y a los que podamos
asistir o secundar? Especialmente en este tramo final de la cuaresma y ante la
inminente Semana Santa, qué le parece que muchas cofradías hayan recortado sus
desfiles procesionales, con un aire más austero y caritativo? ¿Qué
recomendaría, tanto a los varios miles de cofrades o al pueblo fiel de cara a
esta próximas celebraciones?

Nuestra Diócesis acoge  con amor, afecto y una gran
esperanza al Papa francisco. sus gestos con los pobres, su austeridad y
sencillez son criterios evangélicos que tenemos que trasladar a nuestras
parroquias, grupos, movimientos, cofradías, etc…Es necesario volver  al
gozo de la sencillez evangélica. Es el lenguaje que entiende todo el mundo,
ponerse a los pies de los empobrecidos. Seguiremos en la Diócesis, por
Arciprestazgos, el encuentro con todo el voluntariado cristiano. También nos
hemos encontrado con todos los lugares de sufrimiento, Brozas, Pinofranqueado,
comedor de la hijas de la caridad donde hemos compartido con los pobres. Toda
nuestra Diócesis deseaba estar ya en las claves que está dando con las enciclícas
de su vida el Papa Francisco, cercano a lo que ya repetía Benedicto XVI,
«Volver al Evangelio».