Las amenazas de escraches en la región no pueden recibir de mi persona y de mi partido, más que el rechazo absoluto. Ese no es el camino para luchar contra las políticas equivocadas. Aunque cuando yo era presidente , la oposición del PP jaleaba a los que acampaban y se manifestaban en la puerta de la casa en la que vivíamos mi familia y yo con el silencio acrítico de casi todo el mundo, mi respuesta ahora es de profundo rechazo a los acosos personales a cualquier miembro del gobierno extremeño o militante del partido que lo sustenta. Somos distintos. En primer lugar , por respeto democrático. En segundo lugar porque ello va a provocar que en vez de discutirse de las políticas que lleva a cabo el PP en el país y en la región, que han producido una destrucción de 60.000 empleos en año y medio y una caida del valor de la región sin precedente, se vaya a hablar de los acosos como tema central. La democracia no admite atajos. Voy a combatir en las instituciones unas políticas regresivas e injustas. Pero no podré aceptar jamás el acoso personal . En los Campamentos Dignidad hay mucha gente cargada de razones para luchar contra muchas de las políticas . Pero esas razones se pueden perder ante una mayoría de ciudadanos si se actúa con prácticas que vulneran una parte del consenso de la transición que está en nuestra Constitución. Luchemos contra una Ley de Renta Básica que no lo es, pero no así. Las movilizaciones deben ser en el ámbito de lo público. Ahí estaré siempre.
