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MIS LIBROS DE CULTO

OPINIÓN
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El
libro forma parte de las reservas emocionales y psíquicas que cualquier ser
humano que haya burbujeado en esto de beber libros a todas horas y devorar
novelas como lobo hambriento, conserva para sus estados de anemia y para sus quebrantos.
Esa solución que propone cada libro es un salvavidas en altamar para un
náufrago perdido o despedido de esta vida indolente de malsanas costumbres y
también un eco que te zumba la memoria con la mejor orden y produce el mágico
efecto de quedarse en la intimidad del cerebro, el conocimiento de lo leído; la
esponja de la mente hace sus confabulaciones y se apodera de lo que más gusta o
necesita.

 

            Más
que leer he conseguido tener con los libros una actitud de complicidad y apego;
mi referencia principal es la poesía y los poemas han entrado en mí con una
consentida confianza, la mayor de las veces en una conformidad mutua con el
autor o con el texto. La palabra escrita es mi culto. Mi orgullo, en este
escalón de los sueños, es -lógico- vivir pero en la misma línea, mi orgullo:
haber tenido la facultad del conocimiento y después haber entendido el mensaje
y haber interpretado el arte en todas sus disciplinas. De igual manera mi
relación con la novela se ha extendido hasta configurar diálogos con los personajes,
entretenimiento con ellos y disfrute con sus concupiscencias, vaguedades o
desengaños. Exactamente igual que con mis amigos reales de la vida.

 

            A
veces me ha costado distinguir la ficción de la realidad y eso ha dado más
consistencia al aprendizaje y mucho más culto al libro. Y ahora es mi alimento
imprescindible de caga día.

 

            Para
reseñar mis libros de culto escribo una A y una Z, en cuya escala se encuentran
las miles de simbologías que me han privilegiado este paso casual por esta
biblioteca casual que es la vida. Los autores se ríen en mi entorno íntimo,
regañan entre sí y se duermen en los aposentos que a ellos reservo en mi
guarida cerebral a donde entran exclusivamente quienes se saben pasionalmente
recibidos. Y así, el libro  y todas sus
consecuencias, son mi culto.


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