Al menos 77 personas han muerto y 120 han resultado heridas en el descarrilamiento este miércoles de un tren Alvia que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol. El siniestro es el tercer mayor accidente ferroviario registrado en nuestro país y el primero que se produce en un tramo de alta velocidad desde su inauguración en 1992. No se descarta que la cifra de víctimas pueda crecer debido a que tres de los vagones afectados no ha sido aún inspeccionados.
El suceso ha tenido lugar pasadas las 20.40 horas, cuando el tren, en el que viajaban 218 pasajeros, se dirigía a la capital gallega en la víspera de las fiestas del patrón. Fuentes del Gobierno consultadas por eldiario.es afirman que la causa del accidente es un exceso de velocidad. En concreto, el convoy circularía, según estas fuentes, al doble de la velocidad permitida en el tramo en el que se ha producido el siniestro. A pesar de ello, portavoces de Renfe consideran «muy aventurado» atribuir ya al exceso de velocidad el accidente.
El exceso de velocidad, una de las primeras hipótesis sobre el accidente
El descarrilamiento ha tenido lugar justo antes de una curva situada en Angrois, una parroquia de la capital gallega que se encuentra a unos cuatro kilómetros de la estación ferroviaria de Santiago. Pasajeros que viajaban en el tren han declarado que notaron cómo el convoy tomaba la curva a gran velocidad y la siguiente imagen que tienen es que el siniestro ya se había producido. «La curva el tren la hecho como si fuera una recta», ha explicado Emilio, un testigo de lo ocurrido, a eldiario.es. «Los últimos vagones se han llevado la peor parte, uno de ellos se ha elevado a la altura de las viviendas». Unos seis vagones han quedado de un lado del puente y otros cuatro del otro lado, además de la máquina.
En declaraciones a la cadena Ser, uno de los viajeros del tren siniestrado ha recordado cómo se produjo el suceso. «El tren iba con mucha veolocidad y se salió de la vía. Volcó. Mi mujer iba al lado de la ventanilla, no sé cómo he salvado yo la vida. Algunos hemos salido por nuestro pie y al rato ha empezado a arder».
La mayor parte de los heridos está «fuera de peligro». Sin embargo, en torno a una quincena de los hospitalizados no han podido ser identificados debido a la gravedad de sus heridas. Los cadáveres están siendo traslados al pabellón multiusos Fuentes del Sar, donde equipos de la Policía Científica trabajan para establecer la identidad de las víctimas.
Una ola de solidaridad ha saturado los centros de donación de sangre de Santiago de Compostela tras la llamada de las autoridades sanitarias. La Xunta está dando prioridad a los donantes habituales a los que ha rogado que acudan con sus carnets de donante para acelerar los procedimientos. Urgen los grupos 0 negativo y A negativo y se recuerda que las donaciones seguirán siendo necesarias en los próximos días puesto que muchos de los heridos tendrán que ser intervenidos.
Renfe y el gestor de infraestructuras ferroviarias, Adif, trabajan ya sobre el terreno para tratar de determinar las circunstancias y causas de lo sucedido. El tren accidentando pertenece a la serie 730 de Talgo, uno de los trenes más modernos de Renfe, que puede circular hasta a 250 km/h. La serie 730 se puso en servicio hace un año, y tiene una capacidad de 262 plazas.
El punto en el que se ha producido el descarrilamiento corresponde a la entrada a Santiago de la línea de alta velocidad Orense-Santiago, inaugurada en diciembre de 2012. La curva no es muy cerrada, pero se encuentra tras una fuerte pendiente en descenso desde el último túnel de la línea. Diferentes vídeos (ver minuto 31:30 del siguiente) muestran cómo los trenes reducen su velocidad al llegar al lugar.
