Desde luego a la
tormenta que nos apartó temporalmente de los actos que se estaban celebrando durante
la tercera presentación del día, no, esa no fue la culpable. A ella no podemos achacarle el resultado final. A las intervenciones que tuvieron
nuestros deportistas Pau Gasol, Nadal, Casillas, Iniesta o Cristiano Ronaldo
tampoco; porque dieron todo lo mejor que tenían, que era ilusión,
convencimiento, generosidad y hasta simpatía.
A los errores que se
cometieron en la sala donde estaban los miembros del COI, por los problemas
técnicos que se suscitaron de forma casi continuada, menos todavía, porque al
final, eso son únicamente los gajes malos del oficio y el que no sabe, es como
el que no ve. Luego tampoco fue su culpa.
A la desenvoltura, fluidez y
verborrea inglesa de nuestra Alcaldesa de Madrid la Sra. Botella con su amargoso “café con leche”, en lugar de “milk
coffee”. ¿Qué iba a decir la pobrecita, si no sabía más?; esa tampoco fue la culpa del descalabro.
A los desastrosos
medios de comunicación con los que contaban los argentinos para un evento de aquellas
características, con casi 2000 periodistas, mucho menos; porque entre el frío
que les hicieron pasar y el ambiente negativo que allí se respiraba, los ánimos
no es que fueran los mejores para conseguir un resultado positivo, y es que da
la impresión de que se hubiera hecho todo en plan de mala leche.
Los españoles lo
intentamos por todos los medios enviando nuestras energías desde Madrid y desde
toda España; menos de Catalunya claro está, porque ellos son “superiores
y los únicos merecedores”, según comentarios de su Sr. Alcalde.
Nuestros representantes
lo hicieron con bastante ahínco y mucha seguridad tratando de inculcar que nuestras
intenciones eran las mejores para la celebración de los Juegos en el 2020 y que
podrían haber sido un éxito rotundo.
El Presidente del
Comité Olímpico Español (COE) Don Alejandro Blanco, porque dejó allí hasta el
último suspiro, con lágrimas en los ojos hasta el último momento; y el príncipe
Felipe de Borbón que nos dio como siempre una buena lección de la compostura
que siempre se debe tener en situaciones adversas como la que vivimos y por si
fuera poco hasta recurrimos a nuestros mejores artistas Antonio Banderas y Plácido
Domingo para que no faltara de nada y a pesar de ello, no fuimos capaces de
tocarles la fibra más débil a los organizadores.
Juan Antonio Samaranch dijo
en la presentación oficial en Buenos Aires, que nuestro legado olímpico ya estaba
en funcionamiento y aquí os estaríamos esperando con los brazos abiertos. ¿Qué más podíamos hacer, si ya mejor
no se puede explicar con tan pocas palabras?. Luego: ¿A quién le echamos la
culpa de nuestra desgracia?.
El resultado final es el de
que Madrid obtuvo únicamente 26
apoyos en la primera votación, pensando que íbamos a arrasar desde el principio
con casi la mitad de los votos, para que el resto se los repartieran Tokio y
Estambul y al final, Tokio demostró estar en la cúspide con un abultado perfil de:
60 votos
frente a 36. Esa fue la triste realidad.
Los incordiantes nos
echaron la culpa por el tema de la permisividad con el dopaje y hasta por haber
endurecido la ley a los deportistas y a los traficantes. ¿Ese ha sido el motivo de la derrota?.
¿No tendrá razón más que suficiente la Sra. Nawual El Moutawakel, Vicepresidenta del COI cuando dijo
nada más terminar el acto que: “España debe invertir sus recursos
económicos en materias más importantes que los JJ.OO.”?. Yo creo que esa expresión fue la más merecida
y la más justa.
Y para no engañarnos: ¿Quien ha sido de verdad el culpable
de que los Juegos Olímpicos no se le hayan concedido a España?, yo estoy
plenamente convencido de que la culpa de semejante desastre institucional no ha
sido más que por:
ü La mala imagen
que estamos dando desde hace ya más de dos años, con la crisis económica y más
de 6.000.000 millones de parados (27%), como consecuencia de la burbuja
inmobiliaria y la “reforma laboral” del despido libre; obra del Partido Popular.
ü Los más de 2.000.000 millones de familias en el umbral de la pobreza, con cientos
de miles de familias que tienen que mendigar a las ONG´s, un plato de comida
cada día.
ü La dichosa “prima
de riesgo” que nadie sabe, si es paterna o materna.
ü La “crisis
de valores” en la moral, la educación, la sanidad y las buenas
costumbres.
ü La “emigración”
de nuestros jóvenes universitarios o no, para poder subsistir.
ü El corte ramplón
e inhumano en la concesión de becas y el aumento de las tasas.
ü El agobio de
nuestros jubilados, para mantener a sus hijos y nietos con pensiones de miseria.
ü La “deuda
exterior” que nos ahoga y todavía no sabemos a quién se le debe.
ü Los “suicidios”
continuados como consecuencia de las deudas hipotecarias.
ü Los abusos bancarios
obscenos y deshonestos a nuestros mayores con las “preferentes”.
ü La “corrupción”
generalizada en lo público y en lo privado.
ü Las ideas paranoicas
del “independentismo
catalán” y vasco.
ü La “podredumbre”
de muchos de nuestros políticos (gobiernos
y oposición) del Estado y de las
Comunidades Autonómicas, que no han sido pocas, ni muchas, ni todo lo contrario,
sobre todo en Madrid, Valencia, Catalunya, Andalucía, Galicia, Baleares,
Castillas de la Mancha y León, Asturies patria querida, etc., etc., etc.
ü Y hasta las “presuntas
corruptelas” de determinados miembros de nuestra familia real.
Esas han sido
verdaderamente las culpables del batacazo olímpico y no de “la herencia recibida”,
como estamos hartos de escuchar malévolamente
a los que hoy mal gobiernan.
Recuerdo perfectamente con motivo de la celebración de un
mitin del Partido Popular en Almería, cuando Rajoy llegó a responsabilizar al Sr. Rodríguez Zapatero (PSOE) del “fracaso”
de la candidatura española a los Juegos Olímpicos de 2012, y que yo recuerde
aún no he oído a ningún socialista echarle la culpa al Sr. Rajoy con los mismos argumentos (salvo yo), solo que al revés y
ni siquiera el Sr. Rubalcaba. Esa es la diferencia Sr. Rajoy…
Ahora solo se me ocurre pensar: ¿Deberíamos presentarnos en el 2020 como si no
hubiera ocurrido nada para seguir haciendo el ridículo?.