En
nuestra vida diaria tenemos que
facilitar datos identificativos de nuestra persona para multitud de servicios
que utilizamos o para actos en lo que participamos, y lo cierto es que sin el
uso de esa información facilitada por nosotros, ninguno
de los servicios de los que podemos disponer podrían funcionar.
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Facilitamos nuestros datos personales cuando abrimos una cuenta en el banco, cuando
solicitamos participar en un concurso, cuando reservamos un vuelo o un hotel,
cada vez que efectuamos un pago con la tarjeta de crédito o cuando navegamos
por Internet. El nombre y los apellidos, la fecha de nacimiento, la dirección
postal o de correo electrónico, el número de teléfono, el DNI, la matrícula del
coche y muchos otros datos que usamos a diario constituyen información valiosa
que podría permitir identificar a una persona, .
Gracias a esta información podemos desarrollar
nuestra actividad cotidiana, inscribimos a nuestros hijos en el colegio,
recibimos atención sanitaria, realizamos llamadas telefónicas o disfrutamos de
nuestro ocio. Nuestros datos pueden ser recogidos en ficheros que dependen de
las administraciones públicas y de empresas y organizaciones privadas que los
utilizan para desarrollar su actividad.
Debemos
ser conscientes de que toda esta información revela aspectos de nuestra propia personalidad. Qué bienes compramos y dónde
lo hacemos, nuestra historia clínica, nuestro perfil en una red social o las
fotografías y videos que subimos a nuestro espacio en internet son información
que dicen todo sobre nosotros y nuestra personalidad.
Prácticamente
estamos lanzando al aire como espacio que otros manejan, toda la información
que define nuestra identidad. De ahí que nuestros derechos a nuestra intimidad,
lo que es nuestro y de nadie más, esté ubicado en el viento, es decir en el
aire y esas administraciones, entidades, instituciones etc.son depositarias de
todo ello, y todo eso sale de nuestro control, porque ¿qué utilidad pueden hacer de ellos?, pues la
verdad lo que les de la real gana, si se olvida que existe una Protección Legal
que nos ampara para que esos datos se usen solo y exclusivamente de conformidad
con la ley
.
En España la Constitución y específicamente la
Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal, constituyen la garantía para que no se puedan utilizar esos
datos de carácter personal por nadie, salvo
que el interesado lo autorice legalmente. Esto incumbe de manera
especial al actual panorama de desarrollo de las tecnologías de la información
como medio de comunicación de datos, y en este sentido defiende el derecho a la
intimidad y a la privacidad de todos los ciudadanos en todos sus trámites.
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Recientemente hemos leído que un alcalde iba a
ceder el padrón municipal para la realización del referéndum de Cataluña, si no
está amparado por alguna ley para hacerlo, estará incurriendo en flagrante
ilegalidad, no se puede ceder un padrón,
si no está amparado por una ley que se lo permita, porque el Padrón municipal está protegido
para el uso exclusivo de la función municipal.