Qué bien se está sin hacer/
otra cosa que mesarse los cabellos!/
Salir al albero de la vida,/
montado en el caballo de la abulia/
y devolver, uno tras uno, por desidia,/ los toros que
pretendan cualquier lidia/ de nuevo a la mesura del chiquero./
Robar del árbol del deseo/
la fruta que cayó de extramadura./
Tomarla sin esfuerzo a ras del suelo./
Libar el néctar detenido/ en su dulzura y medir la calma/
chicha del mar, como un farero,/ que está muy por encima de la bruma./
Tumbado en la hamaca/ de las dudas deshojar flores/
infinitas, saboreando el tedio en cada pétalo./
Saber que así, sin
hacer nada,/
estamos lejos del motor/ del mundo y su intifada,/ mas felices de sentirnos/
indispuestos.