José Antonio Monago Terraza ha vuelto por su fueros populistas en un discurso de hora y cuarenta y tres minutos de duración, luciendo corbata roja, dando lectura a treinta y seis folios de una forma escalonada, yendo de menos a más, para acabar anunciando acuerdos con el gobierno central para el pago de la Deuda Histórica, proponiendo sanciones severas contra la discriminación sexual o suprimiendo el canon del agua, entre otras mkedidas de calado social. La cena popular está servida. Ahora falta el turno del tempranero desayuno de la oposición, el socialista Vara el primero, del que se espera que ni tenga pelos en la lengua ni se guarde nada en la gatera. El futuro de Extremadura, una vez más, está en juego.
El Presidente
José Antonio Monago Terraza ha hablado durante una hora y cuarenta y tres
minutos sobre treinta y cinco folios y un poquito más, siendo interrumpido en
treinta y cuatro ocasiones por sus correligionarios del hemiciclo extremeño,
con un discurso sobre el Debate de la región extremeña que como se tenía previsto
pro su guardia petroriana junto a la cúpula popular que le sirve de coraza, no
ha dejado indiferente a nadie. A estas alturas de legislatura se tiene ya muy
claro que el líder popular no habla para los diputados que le escuchan, le
interrumpen o le aplauden, no, es obvio que lo hace para la galería que le
sigue o le critica, respecto a todo aquello que anuncia, que no es poco, y que
en el tiempo que lleva como máximo responsable de los designios de Extremadura,
se ha convertido en pura expectación, ya que suele buscar el reflejo mediático
allende las fronteras regionales, consiguiéndolo una y otra vez.
En esta
ocasión, lo ha hecho anunciando que la mareante Deuda Histórica, tan
controvertida y tan atosigante ella, parece ser que se va a pagar en cash y no en
solares, por parte del gobierno español, y además en julio próximo. Tanto el
demandado y paralizado hospital de Cáceres como los regantes extremeños se van
a encontrar con cincuenta millones cada uno para solventar sus problemas de
puesta en marcha, tanto la sanidad por los pagos cacereños como los regadíos
esparcidos por el extenso territorio extremeño.