La tormenta que se ha desatado contra Miguel Arias Cañete, hombre afable de buen carácter, culto que ha sido un excelente Ministro de Agricultura de España, que ahora es candidato por el Partido Popular en las elecciones europeas , le ha cogido de lleno, por aquello de querer decir lo que no dijo o de que como el mismo ha declarado que dijo lo que no quería decir, le han llamado de todo, hasta machista, cuando su mismo aspecto da sensación de ser un hombre, dialogante y respetuoso, dicen que tiene “chispa” de gracioso..
“Tuve la mala suerte de decir de una forma desafortunada y expresar una cosa distinta de lo que quería”.
El ex ministro afirmó «no soy machista y he valorado siempre igual a hombres y mujeres. Mi trayectoria política así lo demuestra». En este sentido, admitió que «no esperaba tanta polémica. Me expresé mal»
.El candidato del Partido Popular al Parlamento Europeo, Miguel Arias Cañete, se ha disculpado por sus declaraciones en las que se refería a la dificultad de debatir con una mujer, admitiendo que estuvo desafortunado en la forma de expresarse. “Si he ofendido a alguien, pido disculpas. Solo pretendo que le llegue a la persona que se sienta ofendida”…
Pero se las ha puesto a los socialistas lo que se dice a “punta de caramelo”, porque estos son diestros y rápidos en la búsqueda de las salidas por las que buscar la solución que no encuentran en otros caminos de respeto y democracia.
Ahora bien lo que importa es que las urnas convocan a los ciudadanos europeos para que digan que es lo que quieren hacer con Europa o que es lo que quieren que se haga desde Europa para conseguir solidaridad e igualdad para todos. Si hablamos de desafección a los políticos y a todo lo que hacen, estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado. En una democracia las cosas se hacen desde los caminos construidos con el esfuerzo de todos, lo cual nos da derecho a opinar y también a participar en la organización de la cosa pública. El hecho democrático por excelencia es votar libremente, y a través de las urnas elegir a quienes gobiernan, ninguna justificación habrá para reclamar, si antes no hemos participado.
La Unión Europea es el marco natural de desarrollo político y económico para cada uno de los países que la conforman, también de España por lo que es difícil distanciarnos de lo que sucede más allá de nuestras fronteras nacionales, hay que estar en el centro neurálgico donde se toman las decisiones, de no ser así, las decisiones se seguirían tomando pero sin tener en cuenta nuestros intereses.
En las próximas elecciones europeas, nos jugamos contar con una Cámara donde decidan aquellos con una visión de futuro de Europa. Por eso, no podemos arriesgar ese futuro con personas y organizaciones oportunistas y que no tienen la fortaleza necesaria. La UE tiene que avanzar en un proyecto común, fuerte y sólido. Juntos somos más fuertes, juntos podemos llegar más lejos y todavía nos queda mucho por hacer.
Juntos podemos afrontar el horizonte europeo con prosperidad. La lección más importante que nos deja la crisis que estamos dejando los españoles atrás, es que el esfuerzo conjunto, ha alejado a España del rescate y de la propia crisis.
Ahora el desafío es trasladar la estabilidad económica en todo el continente a la estabilidad política. Creer en Europa no es una obligación, es una necesidad Los españoles nos jugamos mucho en Europa.
