Me cuentan que tras las elecciones europeas hay “ruido de sables” en el PP extremeño. No todo es tan idílico como parece y prueba de ello, a mi juicio, ha sido la crisis de gobierno que se ha visto obligado a hacer Monago a menos de un año de las próximas elecciones autonómicas.
No se entiende que se haya estado alardeando durante toda la legislatura del buen hacer de la cartera de economía, recordemos las palabras de Monago en el debate sobre el estado de la región hace apenas dos meses, y que ahora se deje descabezada una consejería tan importante y que era el santo y seña de la gestión del PP.
Me cabe pensar que la asunción de la cartera económica por parte de Cristina Teniente no hace más que poner de manifiesto que la Vicepresidenta no quiere quedarse fuera de juego y que ha pedido, y lo ha conseguido, ser quien mande en los asuntos económicos del gobierno regional con las elecciones a vista de pájaro. No hay que olvidar las diferencias insalvables con el consejero pero la trascendencia política que la crisis ha provocado se asientan en el propio partido popular en fijar posiciones de fuerza para el año 2015, el consejero, con todos los respetos, no era más que un recién llegado y lo que se cuece en el partido Popular de Extremadura es más importante ahora que nunca, después de perder unas elecciones frente a un PSOE al que ellos creían muerto y otros grupos emergentes que darán que hablar. De seguir Monago haciendo un diagnostico falso los que hoy le hacen la pelota puede ser que para el 2015 no tengan necesidad de hacérsela.
