LAS CUENTAS

¿Los partidos, sindicatos y las tunas

no debieran financiarse  con sus huestes?

¿Por qué yo,  que tengo alergia a lo gregario,

he de votar para insistir en mi pobreza?

¿No podría cada cual apechugar con lo suyo

 y dejar de disparar con pólvora ajena?

 

No soy hombre de alterar el orden público

y no abrazo más farolas que mi penas,

pero a veces me dan ganas ponerme

a ajustar algunas cuentas.