Parece que las elecciones europeas del 25 de mayo han tenido más importancia de la que quieren reconocer en público los partidos llamados mayoritarios. Tras los resultados; les ha entrado el miedo en el cuerpo y el horizonte que antes era, «quítate tú que me pongo yo», ahora se torna más incierto.
Esa inquietud, que puede hacer cambiar estrategias a los partidos políticos, lo que no puede llevar es a un cambio legislativo a menos de un año de los próximos comicios. La propuesta de PP no es de recibo en un Estado de Derecho donde la máxima garantía es la estabilidad y la previsibilidad legislativa. La propuesta no es otra que al final garantizarse el gobierno de muchos ayuntamientos y diputaciones haciendo ahora cambios en la Ley Electoral General tendentes a que gobierne por ley la lista más votada, para que haya elección de alcaldes directamente, etc, y lo peor del caso es que el PSOE ha caído en la trampa y hace propuestas alternativas por si acaso.
Las leyes a la carta no son compatibles con lo preceptuado en el artículo 9.3 de la Constitución Española del 78 que proclama la seguridad jurídica y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos, y menos cuando la finalidad esta clara, asegurase el poder a toda costa, no siendo propio de democracias consolidadas sino de otros regímenes políticos de los que espero se encuentre alejada España. Me pregunto: Tan mal tendrá las encuestas el PP?