Desestima así el recurso de apelación interpuesto por el gerente de una clínica especializada en abortos que fue condenado a pagar 95 euros a la vicepresidenta del Círculo de Amigos de la Maternidad y la Vida de Apoyo Integral a la Mujer Embarazada de Badajoz, Margarita Cabrer, a la que «zarandeó» y causó «lesiones». El fallo, al que ha tenido acceso Europa Press, también confirma la absolución de Cabrer.
La Audiencia Provincial de Badajoz ha avalado la presencia de voluntarios de asociaciones ‘provida’ ante las clínicas especializadas en practicar abortos siempre que sus acciones disuasorias –pancartas, fotos, folletos– no vayan acompañadas de violencia.
«Por molesto que pueda ser e incluso innecesario para expresar libremente su opinión contraria al aborto y para dar información a las mujeres de la existencia de otras opciones, el despliegue de fotos, carteles y pancartas utilizando incluso el mobiliario urbano, este hecho en sí mismo carece de relevancia penal siempre que no vaya acompañado de una actuación violenta o compulsiva más allá del que es el libre ejercicio del derecho a la libertad de expresión», reza el auto del Juzgado de Instrucción número cuatro de Badajoz.
Esta sentencia ha sido ratificada ahora por la Audiencia Provincial de Badajoz que ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por el gerente de una clínica especializada en abortos que fue condenado a pagar 95 euros a la vicepresidenta del Círculo de Amigos de la Maternidad y la Vida de Apoyo Integral a la Mujer Embarazada de Badajoz, Margarita Cabrer, a la que «zarandeó» y causó «lesiones». El fallo, al que ha tenido acceso Europa Press, también confirma la absolución de Cabrer.
Los hechos ocurrieron el pasado 15 de mayo de 2012 cuando Margarita Cabrer se encontraba ante la Clínica Guadiana, en Badajoz, repartiendo folletos a las mujeres que acudían. Además había pegado fotografías de fetos, carteles y pancartas en su propio vehículo con mensajes en contra del aborto. La clínica avisó a la Policía y, al llegar, los agentes advirtieron a la activista ‘provida’ de que no podía estar en la misma puerta.
Sin embargo, según expone el auto, al marcharse los policías, la vicepresidenta del Círculo de Amigos de la Maternidad regresó al mismo lugar y el gerente de la clínica se dirigió a ella, la sujetó del brazo y la zarandeó produciéndole una herida en la mano al coger uno de sus folletos y provocándole un eritema en el brazo.
Según precisa la sentencia, el testimonio de la perjudicada, a su vez denunciada, fue «creíble y coherente» con el efectuado en su inicial denuncia tras ocurrir los hechos. Sin embargo, se observaron contradicciones en las declaraciones de los trabajadores de la clínica sobre presuntas coacciones por parte de Margarita y otra compañera.
«En cuanto a las supuestas coacciones –dice la sentencia– no ha quedado probado que ese día Margarita o Ana Victoria impidieran con violencia bien a las trabajadoras de la clínica o al gerente realizar su trabajo, que cerrara la puerta impidiendo el paso a las mujeres que pretendían entrar ni que les intimidaran con amenaza alguna para disuadirles de abortar».
La portavoz de Derecho a Vivir, Gádor Joya, considera que «esta sentencia ofrece un respaldo al trabajo pacífico, paciente y entregado de tantos voluntarios que dedican su vida a ayudar a las mujeres embarazadas en situación de riesgo, a procurarles las herramientas necesarias para que no entiendan como una carga inasumible el hijo que esperan y apuesten por sus vidas».
(Europa Press)
