El sindicato MCA-UGT ha manifestado que el sector de la construcción «no remonta» en Extremadura y al contrario que la tendencia en la media nacional, el precio de la vivienda cae en la región en un -3,5 por ciento en el último año y han desaparecido 311 empresas y 1.747 trabajadores en dicho sector.
En este sentido, si los últimos datos estatales relativos a la evolución del precio de la vivienda «podrían apuntar a una leve recuperación del sector», en el caso de Extremadura la situación «sólo se pude evaluar en términos negativos», según ha informado el sindicato.
El precio de la vivienda nueva en Extremadura se ha incrementado en un 0,9 por ciento en el segundo trimestre, pero el acumulado en el interanual refleja una caída en los precios del -3,5. Asimismo, no es indicativo el hecho de un eventual incremento de los precios con una recuperación del sector de la construcción.
Además, en una situación de normalidad, el sector inmobiliario y de la construcción mantienen «unas indudables sinergias», pero no en el actual contexto de crisis, con un proceso de reabsorción del stock de viviendas y de la incidencia de los llamados «fondos buitre».
La realidad del sector de la construcción en Extremadura, señala el sindicato, es que el número de empresas en el período interanual de mayo de 2013 al mismo mes de 2014 ha caído en 311, y el número de trabajadores censados en las empresas extremeñas ha descendido en 1.747, según datos de la propia Fundación Laboral de la Construcción de Extremadura.
En este sentido, el sector de la construcción «sigue en coma» y sin perspectivas de recuperación, «lo que es sin duda reflejo del fracaso de las políticas llevadas a cabo hasta la fecha».
Un error es pensar, añade, que se puede salir de la crisis sin el concurso activo del sector de la construcción, «porque tiene un papel esencial en cuanto a catalizador de la actividad económica», incentiva la actividad industrial en sectores afines y genera empleo «de forma rápida».
Uno «de los principales escollos a salvar es el acceso al crédito», tanto para empresas del sector como para futuros compradores de viviendas, y a pesar de que el BCE situó el tipo en un 0,05 por ciento, las entidades financieras continúan con el «grifo cerrado».
De igual modo, tampoco ayuda el actual escenario «de precariedad» en las relaciones laborales «con un alto índice de temporalidad». Así, en el mes de agosto el 98 por ciento de los contratos suscritos fueron temporales y si se suma a esto la caída de los salarios, hace que sea «muy complicado la posibilidad de que un ciudadano se plante siquiera la idea de adquirir una vivienda».
