RAJOY MAGNUS

Recuerdo una de las obras  que adapté para un grupo de teatro al que pertenecí en mis años jóvenes, cuando todavía no sabíamos que era la SGAE, de Federico Dürrenmat. Posteriormente se representó, también adaptada, en el Festival de Mérida. Se llamaba Romulus Magnus. En la obra, el autor coloca a un adulto Rómulo, como Emperador, que deja que los bárbaros se hagan con el poder, porque cree que el Imperio Romano está corrompido y decadente y hay que regenerarlo. Pues Rajoy me está pareciendo un Romulus, que está detrás de todas estas cosas que están ocurriendo ahora en España .

 

Todo el mundo conocía, o al menos sospechaba,  los tejemanejes que se estaban haciendo a la sombra de la política. Han pasado por el poder los González, los Aznar y el nefasto Zapatero, ( para aquellos que se han obnubilado con Podemos, les recuerdo que miren lo que pasó con el visionario de Zapatero y cómo dejó a España, llena de  deudas, paro, cadáveres de edificios, obras presuntuosas  y faraónicas, y frases como la de Carmen Calvo ministra de Cultura: “Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie.» (29 de mayo de 2004)” Con lo que algunos, pensando que lo que no es de nadie, no es delito apropiárselo, hicieron lo propio.) Nadie sin embargo movió ficha. Ni tan siquiera contra la insubordinación y chantaje a que nos han sometido los gobiernos catalanes, con la siembra del odio a lo español y con la imposición en la educación y la vida pública, del catalán normativo

Y de repente,  comienzan las investigaciones, las  detenciones, sobre todo dentro del mismo partido y por supuesto también de otros, se le frenan los pies a los Independentistas, se les deja caer en la trampa del 9N… en definitiva,  se empieza a  limpiar y normalizar lo que debería ser normal, pese al coste político que representa para él y su partido .

 

Poco a poco, como ese perro que en la novela de Jack London “Colmillo blanco”,  que aguanta las dentelladas del protagonista, pero al que va lentamente sujetándolo poco a poco y al final logra vencerle, Rajoy va aguantando, como quien no se entera, pero va desmontando a muchos compañeros de partido, denunciando aprovechamientos personales por razón de su cargo, que si hubiera intentado hacerlo antes de ser Presidente, lo hubieran desbancado, sin contemplaciones y convertido en un cadáver político.

Como efecto colateral, a todo esto, ha surgido,  Podemos, un Partido con una militancia de batiburrillo, a la que sólo une una cosa, el cabreo y el deseo de cambio. Bueno es que metan miedo, es la mejor forma de renovar estructuras desgastadas por la inercia y el uso, y poderse renovar.  Dicen que hay mucha gente de clase media que se ha apuntado a Podemos o les apoya. No me extraña, la clase media ha sufrido más que nadie; el paro y la emigración de sus preparadísimos hijos, cuyos estudios les han costado no pocos sacrificios, el  acoso de los impuestos, el engaño de los Planes de Pensiones, que si quiere rescatarlos en la actualidad, pese a que son fruto del ahorro, se consideran una ganancia, lo que conlleva no sólo la consideración de incremento de ingresos en la Declaración de Renta, sino los impuestos que lleva sobreañadidos su recuperación. Podríamos unir a esto, los abusos de los bancos, el tremendo fiasco de quienes adquirieron viviendas con gran sacrificio económico, para poder conseguir algunas ganancias con su alquiler, y que ahora no los alquilan, entre otras cosas por la enorme competencia de bancos y viviendas sociales, y se encuentran con la subida del Ibi, porque pese a que el valor de mercado ha bajado, esto no lo ha considerado la Administración, con los pagos por su mantenimiento, y no sólo no pueden desgravarse  cantidad alguna por ello, sino que este piso constituye un añadido más en la Declaración de Renta. Mayor paradoja constituye el que si un inquilino no  paga, no puedes desgravarte los gastos de luz, agua, destrozos o juicio, ya que estos, sólo pueden descontarse  de los ingresos y como no ha habido…

 

El personal está cabreado. Los sicólogos recomiendan no hacer nada cuando se está bajo los efectos de un estado de excitación de ánimo y apoyar  a un partido nacido de la frustración, no es muy aconsejable, porque podemos arrepentirnos posteriormente y ya no habrá vuelta atrás. 

 

Pero en la oscuridad, aunque le cueste el puesto, semejante a ese Romulus, me parece ver a Rajoy, ejerciendo de gallego,  haciendo que esto se normalice, pero que no se note.

 

Es posible que esto sean imaginaciones mías, posiblemente, porque reconozco que estoy sobrado de ella. Pero miren para atrás, es posible, que no lo vean a él, pero seguramente podrán descubrir deslizándose, por el mapa de España, su sombra.