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CRISTINA TENIENTE: LA MENTIRA EN POLÍTICA

OPINIÓN
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Me han comentado amigos del Partido Popular, que la vicepresidenta de la Junta de Extremadura, Cristina Teniente, fue una alumna aventajada en los cursillos de verano a los que se apuntó y que se denominaban: El noble arte de mentir en política o cómo ser un político mentiroso. La abogada cacereña debió sacar matrícula de honor. A las pruebas me remito. En la última semana nos ha mentido, que sepamos, dos veces: una, con los gastos que conlleva que el presidente José Antonio Monago viva en Badajoz, que según ella “son cero” y, segunda, con el apaño hecho ahora con el Fondo de Liquidez Autonómica, al que se solicitan 178 millones de euros, para, dice, pagar a los proveedores y “llegar a cero” a final de la legislatura.

 

Vamos por partes, para no liarnos y a ver si soy capaz de entender que significa el vocablo “cero” en el extremeño que habla Cristina Teniente. Empecemos con la seguridad de Monago. Por lo que se lee en el portal de transparencia de la Junta –que edita la propia Junta en virtud a unos datos que dice son veraces–, la empresa de seguridad privada Secoex, facturó a la Administración Regional por nueve meses de trabajo, 13.996,68 euros más otros 2.939 de IVA, lo que supone un montante de tres millones de las antiguas pesetas. Y uno, que es torpe echando cuentas, se pregunta: ¿tres millones son cero? No. 16.935,68 euros son eso, pasta, dinero, parné, guita para que nos entendamos, por lo tanto no “son cero”. Primera mentira.

 

En cuanto al Fondo de Liquidez Autonómica voy a tratar de explicarlo para que se entienda. Si usted, amable lector, acude a su sucursal bancaria a por un préstamo de 3.000 euros y se lo conceden, es obvio que tendrá que ir abonando durante todos los meses de la vida del préstamo las cuotas que haya estipulado con el banco. Usted ha solucionado, de momento, sus problemas económicos pero tiene una obligación: devolver el dinero prestado.

 

El citado Fondo actúa de igual manera que un banco. Si la Junta de Extremadura acude a él a por 178 millones de euros no se lo regalan, como ha dado a entender Cristina Teniente, sino que hay que devolverlos, por lo tanto, la consecuencia lógica es que el Gobierno presidido por José Antonio Monago llegará a la legislatura con las deudas que contraiga en estos seis meses que restan hasta las elecciones más 178 millones de euros. Segunda mentira.

 

La tercera mentira se puede producir en mayo del año próximo, fecha de las que pueden  ser fatídicas elecciones para el Partido Popular, porque como se nos dice a mucho bombo e igual platillo que los pagos a proveedores quedarán a cero, estaremos muy atentos a ver si es cierto y si no, a seguir sumando en el morral otra mentira más.

 

Sinceramente confieso que esta chavala me cae bien: somos de la misma o parecida edad, ambos nos moceamos y vivimos la noche en Cáceres, compartimos principios ideológicos que luego ella y su jefe Monago se han encargado de adulterar al máximo, pero vamos, que no me ha dado nunca motivo alguno para que yo tuviese tal día como hoy que decirle que, al menos en dos ocasiones, ha mentido al pueblo extremeño, porque aquí es muy bonito presumir de vicepresidenta sin mancharse las manos.

 

La señora Cristina Teniente no tiene por qué mentir sino decir las cosas claras. Cuando se dirige a los extremeños lo hace a una población de izquierdas, de derechas, de centro y a un sector de la juventud, que votará por primera vez en los comicios autonómicos y municipales y que se decanta por Podemos, al igual que los ciudadanos que se comprenden en la banda de edad de los 18 a los 30 años.

 

¿Qué sentido tiene mentir pues? No la llamo mentirosa a las claras porque soy un caballero de los de antes y me parece una falta de educación decir mentirosa a una dama, pero aquí tiene dos ejemplos claros en los que no ha dicho la verdad.

 

Los 16.935,68 euros que costó la seguridad privada del presidente durante nueve meses y que le proporcionó la empresa Secoex, están ahí,  pagados o no, que lo mismo es una de las empresas que están por pagar dentro de esos 178 millones de euros solicitados para el pago de proveedores. Si está muy bien que se liquiden las deudas, pero el Gobierno extremeño que surja de las elecciones de mayo de 2015 tendrá que soltar la pasta.

 

Y ya para terminar señora Teniente: no me haga convertir 178 millones de euros a pesetas, que lo mismo nos llevamos una desagradable sorpresa. Por cierto, el gasto de ese dinero lo queremos los extremeños bien colgadito y pronto en el portal de transparencia, lo mismo que se han encargado de airear  lo que gastó Guillermo Fernández Vara en la Residencia Oficial del presidente en Mérida.


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